OneShot

329 33 12
                                    

Eran las 12:04 am. La hora en que volví a sentir la pesadez de tu cuerpo posarse al borde de mi cama. El aroma a algún whisky barato que no quise reconocer invadía la habitación, pero más impregnado y consistente era el aroma de una pronta despedida, vainilla con ligeros toques de madera para suavizar esa dulzura característica. He intentado, incluso, usar el más fuerte cloro que encontré en la farmacia, pero ¿qué puedo hacer? Si no yace en mi habitación, yace en mi mente.

Tácitamente acordamos no corromper nuestra frágil paz con temas como ese, tal vez es la razón de que actualmente no queden argumentos que acotar entre nosotros. Tu espalda que fue el lugar más cálido para reposar mi cabeza después de un agotar día, ahora es nuestra muralla. Tu mano que antes, al tenderse, concedía un mensaje esperanzador de compañía perpetua, hoy solo es usada para arroparse bajo las sábanas y formar un puño de impotencia.

He comprendido más del silencio, que de las miles de conversaciones que tuvimos cuando parecíamos tan compenetrados el uno con el otro. Hace cinco años supe que amabas los dientes de león, ahora entiendo que es porque amas la libertad, amas dejarte llevar, surcar los cielos, conocer más, más de lo que yo puedo enseñarte, de lo que una persona tan simple podría ofrecerte.

Hace cinco años, supe que estábamos destinados a estar juntos y nos mudamos, ahora, entiendo que mi destino estaba tallado como un amortiguador temporal y que tarde o temprano, el bache sería tan grande que no lo podría soportar. Estoy cerca de fracturarme, Ohm; y sé, que si llegases a verlo, tratarías de detenerte, detenernos. No quiero terminar mis días lamentándome por no haberlo dado todo. Tú mismo me diste todo lo que pudiste en su momento. Tu tiempo, tu mirada y una carcajada genuina mientras perdía en algún videojuego.

....................................

Eran las 4:35 am cuando escuché cómo le llamabas "Kao... ahora no...", fue doloroso saber que ya no usarías ese suave tono conmigo solamente, pero me dolió incluso más notar que mis horas de sueño eran tan irremplazables como tu presencia. Porque con el pasar de los días, noté que mi mirada ya no era tan atractiva con esas ojeras y que mi sonrisa ya no iluminaba tu mundo. Había perdido mi encanto, porque eso existía a causa tuya. Mi optimismo también fue apagándose con el tiempo. Y nos opacamos ambos, porque nos negamos a creer que ya no podíamos brillar junto al otro.

.................................

Eran las 8:32 pm cuando llegué del trabajo, encontrar las luces encendidas fue sorpresivo, oler tu perfume lo fue aún más. Cuando te hallé en la cocina preparando un sándwich para mí, sonreí genuinamente después de tanto tiempo. Casi no nos veíamos últimamente, tus ojeras eran más pronunciada y en esa camisa que te había regalado hace un año, se notaba cuánto peso habías perdido. De repente, una punzada cortó por completo mi respiración, ¿por quién estaba haciendo esto? ¿Es por ti?, ¿es por mí?, ¿es por ambos?

A las 8:42 pm noté que había perdido mi rumbo, que mi acto de "amor", era solo eso, un acto. Que trataba de retenerte porque tengo miedo de perderme en el proceso de aceptar que ya no estarás a mi lado. Ambos tratamos de ocupar nuestras bocas con alimento, nuestras mentes yacían en otro lugar, ambos sonreímos tristemente al cruzar la mirada.

Hace cuatro años, mientras cocinábamos, trataste de preparar la mayonesa por ti mismo, una versión "light", siendo yo actor, necesitaba adecuarme a este nuevo personaje que pesaba 5 kilos menos, pero amabas consentirme. Fallamos cuantiosamente y en el proceso dañamos la preciada licuadora que nos había regalado mamá. La cocina era un desastre y tú te burlabas porque estaba totalmente manchado, fue allí cuando decidimos que hasta nuestros errores eran perfectos estando juntos. Y nos volvimos cómplices al comprar una licuadora exactamente igual a la anterior, nadie lo sabría, era nuestro oscuro secreto.

-Los recuerdos siempre permanecerán con nosotros. Al menos, en nuestro subconsciente, ¿no, Noo?

¿Cuándo fue la última vez que pude escuchar su suave voz pronunciar mi apodo favorito? ¿Cuándo fue la última vez que pude sentir su respiración pesada sobre mi abdomen mientras nos entregábamos?

-¿Fluke?- nuevamente ese tono semi-serio se apoderó de nuestro silencio.

-¿Mm?

-Creo que es hora...

-Lo sé, puedo volver a la casa de Notes.- al menos, aún puedo entender sus palabras a medias. Y mi orgullo, debe fingir estar intacto. Debo aceptar que fuimos egoístas, ninguno lo era antes y creamos esta terrible costumbre al rechazar la realidad.

-No. No es necesario, ya tengo un lugar donde vivir.

-Oh. Es...

-Lo siento.

-También lo siento.

-Cuídate, Fluke.

-También tú, Ohm.

Eran las 9:25 pm cuando tomaste tus maletas y saliste mi vida. Desapareciste por completo. No importa cuántas veces llamara, no responderías. Es irónico cómo para ti siempre fue tan fácil enterarte sobre mí, a través de un programa, una serie. Aún puedo escuchar tu risa inundar la habitación mientras intentas ocultarla tímidamente, aún me recuesto en mi lado de la cama y reviso a las 12:04 si llegaste finalmente, aún puedo olfatear el aroma a vainilla que pudo endulzar tu vida de la forma en que yo no pude hacerlo jamás.

Te anhelo, Ohm.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 02, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

12:04 am (OhmFluke Oneshot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora