Yoongi Lucía realmente guapo y gallardo como sacado de una película, esto lo hacía sentir realmente incómodo, él solo vestía harapos y ropa sucia manchada de sangre, no había nada más que un carnicero mereciera siendo la casta más baja de todo el reino.
Pero al cruzar miradas con ese bello príncipe su incomodidad se esfumó dejando solo el repique de su alterado corazón sintiendo como este era atravesado por una flecha imaginaria, nunca antes había sentido algo así, el aire de sus pulmones se esfumó y lo dejo mareado a la espera de poderse presentar ante ese hermoso rubio que tampoco despegaba la mirada de él y se apresuraba a llegar a donde él estaba.
Jimin había accedido a bailar solamente con tres hombres de esa larga fila en la cual ahora él se encontraba besando la tierna mano de aquel príncipe encantador, mientras se deslizaban juntos hasta la pista de baile.