Taemin se encontraba rojo de rabia, no podía soportar que alguien tocara a su hermoso Jimin. Él quería ensuciarlo y hacer desaparecer todo rastro de inocencia que el príncipe aún conservaba.
-que te pasa cariño, algo está mal?-
-mi alteza, no cree que esos dos llevan bailando ya mucho tiempo, creo que es hora de terminar esto, no podremos encontrar aquí a nadie adecuado para nuestro Jimin-
-muy bien, entonces terminemos con est...-
-PADRES, PADRES-
Jimin interrumpió la platica que los reyes sostenian, llego tomado de la mano del pálido carnicero el cual no encontraba donde meter la cabeza ante la imponente presencia de la realeza.
-que pasa hijo mío esas no son maneras de comportarse delante del pueblo-
-oh lo siento tanto padre, pero quería pedir permiso para llevar a Yoongi a nuestro lago de cisnes dice que él nunca a visto uno-
-tu padre quería dar por terminado el baile, que les parece esperar un poco para despedir a la multitud y después podrán ir a donde desean-
-muchas gracias querido padre-
Si, Taemin tenía mucho de que preocuparse, él nunca había visto ese brillo en la mirada de su Jimin.