Parte 1.

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 Hola, holiwis, holi ¿Que tal? Espero que esten de ganas para leer mi novela porque es mi primera vez escribiendo algo así pero les prometo de todo corazón que el trama estará fantastico y bien interesante en serio delen una oportunidad, al principio todo parace aburrido y común pero ya verán que más adelantito las cosas se pondrán más interesantes, además la chica no es la tipica chica delgada que se viste bien y vive marginada por la sociedad o cosas como esas y de la nada conoce al chico popular, nada que ver. Espero que les guste.

Todavía no sé que día actualizaré porque tengo que ver mi agenda porque ya casi comienzo el cole:( 

Byeeee y besitos:* 

1.

Valentina.

Ahora mismo debería de estar entregando la correspondencia a Book’s Editorial de parte de Travis’s Corporation pero estoy aquí tendida en el sofá con un posición muy incómoda con un cigarrillo en la mano y mi botella con la asquerosa medicina que lamentablemente debo tomar siempre.

Veo la hora y son las nueve exactamente en punto. Genial. No debería de sorprenderme a la hora en la que el Sr. Travis me esté despidiendo y yo le grite « ¡Hasta nunca viejo infeliz!››, si, hasta nunca le diré porque cada día al amanecer para mí es un milagro y una bendición del de arriba, nadie y mucho menos yo sé cuándo tendré que partir. Cuando te dan un ultimátum tú vida cambia pero tú no.

—Tres años a lo mucho Valentina —Dijo la doctor Albert que es mi padre, desde luego. No sé cómo sentirme porque solo afortunada y agradecida describen lo que siento por tener un papá sorprendentemente bueno en esto de la medicina.

— ¿Este es un ultimátum? —Pregunte severamente. No sé cómo hablar ahora, ya no sé qué iba a pasar conmigo…en esos tres años. Claro, después de fumar hierba eso del “ultimátum” dejo de preocuparme porque si tú orgullo y tú optimismo es más grande que la tristeza y todos los ultimatos de la vida creo que puedes lograr salir de eso. No lloré, no reclame a Dios ni mucho menos a la vida porque Dios me ha puesto en este lugar y la vida viene conmigo y yo con ella, simplemente me senté por unas horas en el sofá en el que ahora estoy echada y pensé, ¿Qué será de mí ahora? ¿Qué debería hacer? ¿Pedir perdón? ¿Hacer una lista de cosas que debería hacer antes de morir? ¿O simplemente dejar la vida pasar con los días, los meses, las horas, los minutos y los segundos? No conseguí respuesta alguno por ahora pero vivo con la alegría de ver el sol al amanecer, de ver las estrellas y la luna por la noche, de tocar la nieve por el invierno, de sentir el sol en el verano, de respirar ese aire casi puro por otoño, de ver las flores coloridas en la primavera y sentirme nuevamente amada por Dios un día más.

No pienso en la muerte porque eso es ser negativo, no pienso en vivir un día más porque tengo fe que Dios me regalará otro, y un día como este y cualquier otro día Dios me mandará una señal de que es hora de partir y no renegaré, no me quejaré porque la vida que estoy viviendo es hermosa y a pesar de los problemas la vida sigue siendo bella y majestuosamente infinita para mí.

 Me levante del sofá y deje la botella con la medicina a un lado, camine hacía el baño y lave mi cara y cepille rápidamente mis dientes, normalmente no me baño y aunque, algunas personas lo ven terriblemente antihigiénico hago lo posible para no entrar en ira porque lo que más deteste de la sociedad es que hablen y te critiquen como les dé la gana ¿Acaso no saben que es tú vida? ¡Tú maldita y solo tuya vida! Piensan que hablando mal de nosotros van a conseguir vernos como a ellos les plazca la gana, diamantes, ropa de marca, maquillaje perfecto, cabello lacio y bien peinado, tacones altos, piernas esbeltas, cuerpo delgado y anoréxico con dos costillas de menos ¿Qué somos entonces? ¿Robots? ¿Objetos de admiración? ¡A mí nadie me viene con eso y los que me conocen saben que detesto esos estereotipos absurdos!
Busco lo más cómodo que desde luego son los típicos jeans flojos y la blusa que usaban las mujeres en la época de los 60’s cuando Bob Dylan drogaba a los Beatles. Normalmente yo no me peino porque mi cabello tiene una postura que no necesito acomodar a cada momento y mucho menos me maquillo, pienso que todos esos maquillajes producen más cáncer de piel de la que ya tienes en tú cuerpo y no te convierten en nadie porque estar pintada te hace ver más falsa que natural. A la mierda los maquillajes entonces. Cojo mi cartera de tela con detalles florales que me costó un beso de un chico llamado John que conocí en Nueva Zelanda para el festival de la paz en el 2000.

6 Millones y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora