Mónica se detuvo fuera de la puerta de Brian por largos minutos, sabía que debía hablar con él, pero no se atrevía ni siquiera a golpear su puerta. Hizo una mueca al darse cuenta de que estaba siendo una cobarde, o peor, que se comportaba como si le tuviera miedo.
Sabía que él aun la intimidaba, pero también sabía que a pesar de todo seguía teniendo una increíble atracción hacia ese hombre.
Mónica tomó aire para darse valor y levanto su mano para tocar a la puerta, solo que antes de que pudiera hacerlo, Brian aprecio allí, con el cabello húmedo aún. Se notaba que acababa de levantarse.
Al verla alzo una ceja.
—¿Qué pasa? —preguntó.
—Amm —ella se limpió la garganta —quería hablar contigo, y pedirte un pequeño favor.
Él volteo sus ojos.
—Te dije que no volvería a acostarme contigo.
Mónica se sonrojo enseguida al oírlo, avergonzada y molesta.
—No es eso —soltó irritada.
Él suspiró, pero se hizo a un lado mientras afirmaba la puerta. Le indico con mano que ingresada.
Ya allí, ella observó un poco alrededor y por ultimo la cama, que ya estaba ordenada, las sabanas de seda de color azul oscuro llamaron su atención, de reojo notó una caja media oculta debajo de la cama.
—¿Y? —dijo él.
Lo miró.
—¿Qué es lo que pasa? —insistió él —no tengo toda la mañana.
Asintió enseguida.
—Seré breve —observó un mueble alrededor, no con ganas de mirarlo directamente a él —puedes conseguirme el contacto de la mujer con la que llegue a este lugar.
Ella volvió a observar un segundo la caja y arrugo su frente. Esta llamó mucho su atención, pero fingió que observaba otra cosa.
—¿Para qué quieres hablar con ella? —pregunto Brian tenso.
Lo miró enseguida y se sorprendió un poco, parecía que estaba listo para una batalla, ella trago y cruzó sus brazos sobre su pecho, más intimidada que antes de ingresar en su habitación.
—Porque quiero saber cómo esta —mintió. Él arrugó su frente.
—Yo puedo preguntarle por ti.
—No necesito que preguntes por mi —dijo enseguida—, solo que me hagas el favor de conseguirme su número.
Al ver que el solo arrugaba aún más su frente termino por suspirar.
—Sabes —dijo —no sé porque se me ocurrió que tú me podías ayudar, esto fue mala idea.
Con eso se dirigió hacia la puerta, paso al lado de Brian, pero se detuvo antes de salir.
—No logro entender porque te comportas de esta manera.
Él solo permaneció en silencio, tenso y callado en el mismo lugar.
—Dímelo —dijo con más suavidad —¿por qué estás aquí si no lo desea?
Mónica observó como él tomaba aire intentando tranquilizarse, luego se giró para verla.
—¿Por qué te afecta tanto? —Mónica se estremeció al ver la frialdad en su mirada —quieres volver a acostarte conmigo —soltó él mientras se acercaba a ella como si nada. Brian apoyó una mano en la puerta mientras la aprisionaba contra su cuerpo y la pared.
Mónica tragó al sentirlo tan cerca, al poder oler su aroma de nuevo. Pero al ver que la observaba como si no fuera nadie arrugó su frente y se alejó de él, se detuvo en el centro de la habitación.
—No logro comprender —murmuró luego de unos segundos —pero sé que hay algo allí, algo que ocultas.
Él se tensó enseguida, Mónica tuvo el impulso de girarse para observar la caja bajo la cama, se contuvo porque algo le dijo que era muy importante.
—Deja las cosas como están —Brian se cruzó de brazos —el asunto aquí es simple, si no quieres salir lastimada, deja este asunto en paz, de lo contrario te puedes arrepentir.
Con eso él se giró, y abrió la puerta. La observó esperando. Ella asintió y salió de la habitación, como él cerro la puerta enseguida la observó y suspiró.
—¿Qué ocultas Brian? —murmuró, que ocultas en esa allí, pensó.
Mónica solo siguió observando hacia la puerta, perdida en sus pensamientos, preguntándose si valía la pena seguir o no, o lo mas importante, porque le importaba tanto.
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EL Anhelo de Mónica
RomanceNovela Romántica y Erótica Serie Nuevo Edén Libro Quinto Mónica es olvidadiza y propensa a los accidentes, tímida e insegura, pero de un gran corazón. Su sueño siempre fue ayudar a otros, así que luego de unirse a la policía y lograr trabajar en el...