Primera Parte, Capitulo 3.

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Mónica condujo por las calles lo más tranquila que pudo, tener a ese hombre sentada a su lado la hacía sentir ansiosa, nerviosa, intimidada y muchas cosas más. No entendía que le pasaba con él, pero de que "algo" le pasaba si estaba segura.

Lo miró de reojo y soltó como si nada.

—Entonces —lo observó —así que ¿consultor?

Brian la ignoró, se tragó su mueca, pero siguió.

—¿Y de dónde eres? —dobló en una calle —¿eres de la ciudad o de fuera, nunca antes te había visto? —nada.

Minutos después se estacionó fuera de restaurante, Brian no le había dirigido la palabra en ningún momento, así que solo se había concentrado en conducir.

Apuntó el restaurante con su mano.

—Aquí trabajaba una de las mujeres desaparecidas —le dijo, lo miró.

Brian observaba su mapa.

—Era la más cercana —continuo ella, él asintió y bajó del vehículo. Mónica solo suspiró y lo siguió.

Ella camino tras él mientras lo seguía por el lugar, Brian ingresó al edificio y caminó lentamente observando todo alrededor, un chico que parecía estar saliendo de su adolescencia se acercó a ellos.

—¿Les puedes ayudar? —preguntó algo curioso.

—Somos de la policía —dijo Brian como si nada, ella abrió y cerró la boca sin saber que decir, el chico la observó y asintió al ver su uniforme—, ¿Qué sabes de la mujer que trabajaba aquí?

—Si, ella —dijo él —no la conocí mucho en realidad, llevaba apenas 2 meses trabajando aquí y siempre en el último turno, apenas nos cruzábamos, pero cuando me tuve que quedar tres días seguidos a hacer "su" turno, pensé que algo raro pasaba y llamé a la policía —él se encogió de hombros.

Mónica arrugó su frente y se movió hacia él.

—¿Dejo sus cosas aquí? —preguntó. El chico asintió enseguida.

—Sí, pero los policías que vinieron antes ya revisaron todo—. Ella asintió, era obvio que eso había pasado, si la chica había desaparecido hacía semanas ya.

—No hay mucho que ver aquí —le dijo a Brian.

Él miró alrededor.

—¿Dónde guardaba sus cosas? —preguntó. El chico pareció salir de su ensimismación al oírlo.

—Por aquí —como si nada los guio hacia la parte trasera del restaurante y les mostró unos pocos casilleros—, ella ocupaba el ultimo —lo apuntó y Brian se acercó a observarlo, luego observó alrededor y por último la ventana cercana del lugar.

—¿Alguien preguntó por ella? —preguntó ella, observó al chico que negó enseguida —¿a qué hora se iba siempre?

—Creo que después del cierre —el chico se encogió de hombros —seria a eso de las 12 de la noche.

—¿Sola? —preguntó Brian, el chico asintió enseguida —mmm.

Brian caminó alrededor y la miró.

—No encontraremos algo más aquí —le dijo.

Mónica se despidió del chico y lo siguió fuera del lugar, solo que en vez de caminar hacia su automóvil él doblo por la calle y comenzó a caminar por los alrededores. Lo siguió en silencio varios minutos hasta que su curiosidad le ganó.

—¿Qué buscas?

Él siguió mirando alrededor, en verdad parecía que buscaba algo.

—Si me dices quizás te pueda ayudar a buscar —él siguió como si nada, Mónica soltó un bufido exasperada, por qué los hombres guapos debían ser siempre los más idiotas, pensó.

EL Anhelo de MónicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora