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"No creas que no valió la pena,

no creas que no eres importante 

al contrario, yo te amé con todo el alma"

- Lo Que Construimos, Natalia Lafourcade.

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Los siguientes tres años de Lee Jeno fueron una amorosa tortura.

Un constante altibajo con Miel, podía pasar temporadas estando bien de salud, y de un momento a otro enfermar por alguna razón que él desconocía; las visitas constantes a la clínica de los Na, desvelos y lágrimas derramadas le robaban las ganas de continuar adelante.

Pero él inmediatamente se arrepentía cuando Miel se recuperaba y sus vidas regresaban a la normalidad.

Normalidad dentro de lo que cabe.

En ese lapso de tiempo de tres años Miel había sido diagnosticada con un edema pulmonar, lo que ocasionaba que tosiera constantemente y se le fuera el aire, a raíz de ello la medicaron con un diurético para ayudarle a desechar el líquido que se alojaba en sus pulmones. La medicación era costosa, pero a Jeno no le importaba, él tenía el dinero suficiente para ayudar a Miel hasta que la vida decidiera que era su momento de partir.  Y eso hizo él, le compró por tres años sus medicamentos, comida especial para ella y pagaba cada una de las consultas cada vez que debían correr al veterinario; eran esos pequeños momentos de paz y tranquilidad los que le regresaban la esperanza a Jeno, a pesar de que el corazón le lloraba y sangraba cada vez sucedía algo.

No derramó ni una sola lágrima estando en la clínica.

Estando a solas, en la oscuridad de la noche y en la soledad de su habitación él derramó hasta la última lágrima que su cuerpo se lo permitió, incapaz de abrir los ojos.

Porque él la amaba como si fuera su hija de sangre, para Jeno eras su hija desde hacía casi 18 años, siempre estuvieron juntos desde el día uno, él la llevaba a todos lados a pesar de su tamaño, siempre cuidando él de ella y ella de él, eran un equipo con un lazo que los unía fuertemente. No lo admitía en voz alta, pero en realidad sus personalidades eran similares en algunos aspectos, por ejemplo, les encantaba comer pollo, los lugares donde el viento corría con fuerza y dormir juntos; Miel estuvo a su lado en los momentos donde sentía que su mundo se derrumbaba y cuando ya no podía más, con la tristeza y el enojo consumiéndolo por completo, pero cuando abría la puerta de su hogar ella aparecía frente a la puerta a recibirlo, moviendo la cola y saltando de la felicidad.

Pero no todo es para siempre, y esa era una realidad que Lee Jeno se negaba a aceptar.

Mark, quien era su mejor amigo desde los nueve años se lo mencionó no solo una, sino varias veces, diciéndole que él debía estar preparado psicológicamente para ese momento, Miel tenía casi 18 años, ella era realmente viejita.

Pero él fue un tonto cegado por el amor y la falsa esperanza. 

Miel siempre fue quisquillosa para la comida, ella haría drama por dos días seguidos y Jeno la andaría detrás de ella por dos días seguidos hasta que diera la pata a torcer y comiera, después de cocinarle el pollito como a ella le gustaba; pero, curiosamente, Miel llevaba ya tres días sin querer comer, Jeno ya sabiendo cómo es el asunto, le ayuda a tomar agua pues ella no se levanta de su cama, él va y le compra un suplemento alimenticio que a ella le gustó en algún momento.

Stay A Little Longer - NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora