Su alma clamaba por ella.
Llevaba algunos días lejos, el día que ella decidió poner fin y decir adiós, él acababa de llegar a la aldea y ella iba camino a una misión médica fuera, estaban solos y ella decidió ser honesta, aunque él no quería admitirlo, en sus últimas visitas él notaba cómo su mirada cambiaba, ya no era amor lo que podía ver allí, era quizás indiferencia, y eso dolía demasiado.
Quizás ese fue su error, debió haberse alejado en ese momento, o al menos preparase para la colisión, pero no lo hizo, ¡por primera vez en su vida mostró optimismo!, pero eso sucedía cuando tenías las esperanzas en lo más alto, a veces, simplemente a veces, todo caía en picada para lastimarte tan a fondo y tan fuerte, que mataba.
Sasuke sentía cómo su corazón se comprimía en angustia y necesidad, pero no sabía qué hacer para remediarlo. Sentía un inmenso vació y quería llenarlo, quería dejar de sentir dolor.
A veces, cuanto más buscaba estar con alguien, más efímero era el momento que compartían y más fugaz se le iba la vida en el pensar de sus anhelos y en lo que nunca fue, y la vida se encargó de recordárselo en varias ocasiones, y ahora no era la excepción.
Se encontraba en una pequeña aldea cerca de la Hoja, no sabía por qué, pero simplemente quería estar cerca de allí. En algún momento regresaría y vería a su hija, pero primero debía prepararse para hacerlo, para volver y ver a Sakura, y hacerse a la idea de que pronto ya no sería su esposa.
Miró alrededor del pequeño cuarto de la posada y sintió impotencia, no sabía qué hacer, aunque suponía que debía seguir adelante; después de todo, había sobrevivido solo muchos años antes de ella, aunque lo más difícil de todo, era que ahora no podía recordar con exactitud su anterior vida y la soledad de esos años, por ella.
Se recostó de lado en el pequeño futón y cubrió su cara con la almohada, sus ojos se humedecieron y empezaron a permitir la salida de gotas que caían de lado y mojaban las mantas debajo de él, su garganta amenazaba con dejar salir los sollozos que retenía y su respiración se dificultaba cada vez más.
Lo más bello que tenía en ese momento era el conocimiento de que siempre tendría a su hija, y sin importar que ya no estuviese con Sakura, tenía en su hija lo más precioso que ambos pudieron dar, porque cuando fue concebida fue bajo un gran amor, Sarada fue su amor tangible, la muestra más fidedigna de que él pudo amar, y cuando lo hizo, obtuvo algo hermoso que cada día le da un motivo más para vivir y para proteger el mundo, porque quería que el mundo fuese un lugar digno de su hija, su pequeño tesoro; afortunadamente, Sarada en su mayoría se parecía a su madre, pero ella era la combinación perfecta de ambos.
Sasuke pensó en que siempre la amaría, no importaba que se rompiese con ello. Siempre estará para ella, la amaba y la amará más a ella de lo que en algún momento se había amado a sí mismo, ¿sería eso suficiente?
Quizás algún día podría verla a los ojos y decir que su corazón estaba bien.
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El último sentido.
FanfictionA veces, cuanto más buscaba estar con alguien, más efímero era el momento que compartían y más fugaz se le iba la vida en el pensar de sus anhelos y en lo que nunca fue, y la vida se encargó de recordárselo en varias ocasiones, y ahora no era la exc...