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'No seas tan obvio'

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'No seas tan obvio'

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- Vuelvo en un par de horas - gritó la chica mientras abría la puerta.

Recibió un par de respuestas y eso fue lo suficiente para salir de casa.

Se dirigió a su nuevo puesto de trabajo.

Durante el día barista, durante la noche líder de una mafia.

Yeongju suspiró hondo y subió el volumen de su música.

Tras la charla de ayer con Hyunjae, ambos habían buscado trabajo lo más rápido posible ya que no tenían dinero para pasar el mes.

Tenían que hacerlo todo en secreto para no preocupar a los chicos, palabras de la líder.

Hyunjae ve mejor opción contárselo al resto y entre todos conseguir más dinero, pero órdenes son órdenes.

Al cruzar una esquina se encontró con dos chicos altos y apuestos, al menos hasta donde llegaba su visión.

A medida que se iba acercando su nariz se frunció.

- Lee Juyeon - murmuró mientras le miraba de arriba a abajo.

El chico enarcó una ceja mientras sonreía debido a lo que le contaba el chico de pelo gris.

Ella hizo como si los dos chicos no existiesen y pasó por su lado, abriendo la puerta de la cafetería.

El más alto le dio un codazo a su amigo, mientras le señalaba con la cabeza a la chica.

Juyeon achicó sus ojos donde Younghoon había señalado.

Al ver a su enemiga preparándose para empezar a trabajar sonrió.

- ¿Quieres un café? Pago yo - miró al más alto.

Younghoon sonrió levemente y asintió con la cabeza.

Ambos se adentraron en la cafetería y vieron a la chica atendiendo a otros clientes.

- Buenas tardes, ¿qué quiere tomar? - preguntó con voz dulce, algo nuevo para Juyeon.

- Hmm, un expreso y tú que quieres, Juyeon - Younghoon dijo con voz más fuerte.

La chica apartó su mirada de la máquina y empujó su mejilla con la lengua al ver a los dos chicos.

- Un americano, - comenzó hablando - y tu número estaría bien también.

Al acabar la frase un guiño fue lanzado en dirección de la chica.

- No se admiten ese tipo de comentarios, caballero - apartó su mirada del chico, la cual brillaba.

- Que mal, quería saber si estabas libre un día, preciosa - volvió a hablar Juyeon con tono divertido.

Yeongju suspiró hondo y se recordó que no estaba en una misión y no podía insultarle ni hacer nada.

- Son diez euros, por favor - volvió a clavar la mirada en el peliazul.

Juyeon sacó su tarjeta y se la ofreció entre dos dedos, con media sonrisa y una ceja enarcada.

Yeongju le ofreció la máquina para pagar, y al escuchar el pitido volvió a dejarla en su sitio.

- Tomen asiento si quieren, en unos minutos saldrán sus bebidas - su mirada cayó de nuevo en la pantalla del ordenador.

Antes de irse, Juyeon se acostó con un brazo sobre el espacio que los separaba y la miró fijamente.

- Podrías responderme al menos a los mensajes, ¿no crees? - habló con voz rasposa.

- Estoy ocupada, Lee Juyeon - respondió ella con una amarga sonrisa en sus labios.

- Aún así, no te libras de mi - se marchó no sin antes lanzarle un guiño.

Yeongju rodó los ojos y se mentalizó antes de sonreírle a los próximos clientes.

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𝐑𝐮𝐝𝐞 𝐛𝐨𝐲; 𝐉𝐮𝐲𝐞𝐨𝐧.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora