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'Este es el final, ahora mismo'
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Seungki miró a su hija con llamas saliendo de sus ojos, se abalanzó sobre ella pero Yeongju fue más rápida.
La chica sacó su revólver, exactamente el que le regaló Juyeon, y apuntó al hombre.
- ¿Lee Juyeon es tu novio? - preguntó entre risas.
Yeongju apretó la mandíbula y disparó en su dirección.
- El próximo va a tu cabeza - dijo entre dientes.
Seungki volvió a soltar un par de oscuras risas y miró a su hija mientras su mano apretaba su pierna, donde había penetrado la bala.
- Juyeon no sirve para nada, le abandonaron nada más nació - siguió riendo.
La chica no pudo aguantarlo más y disparó esta vez en el torso del mayor, cerca de su corazón.
- Que mal tratas a tu padre - dijo el mayor en una bocanada de aire mientras caía al suelo de rodillas.
- Nunca fuiste mi padre, pedazo de escoria - escupió la chica con veneno en sus palabras.
Se acercó a él y de una patada lo tumbó al suelo.
- Arde en el inferno - le miró por última vez antes de sacar el mechero de su bolsillo y prenderle fuego a un trozo de papel, el cual dejó en el escritorio del mayor.
Yeongju suspiró hondo y salió de la habitación, dirigiéndose a la planta baja.
Abrió la puerta y se encontró a Juyeon aún sentado en la moto en la carretera de enfrente, mirando su teléfono.
Ella no le llamó ya que quería sorprenderle, pero la sorpresa fue suya al oír la voz del mayor tras ella.
- Si yo muero tú también - su padre la agarró del gorro de la sudadera y la volvió a meter en la casa en llamas.
- Sobre mi cadáver - dijo entre dientes mientras le daba una fuerte patada en su zona sensible.
Seungki agonizó de dolor pero eso no le detuvo para sacar su pistola y disparar a la chica.
La menor, aún teniendo una bala atravesando su pecho, siguió luchando.
- Muérete - le disparó esta vez en la cabeza, lo cual no pudo evitar.
Yeongju se arrastró a la puerta principal mientras la casa se derrumbaba tras ella.
- Juyeon - gritó con la poca energía que le quedaba.
El nombrado se giró y al verla corrió en su dirección.
_ ¡Yeongju! No no no, no puedes dejarme - la colocó sobre su regazo mientras lágrimas se acumulaban en sus ojos.
- Te quiero muchísimo, cuídate cielo - una perezosa sonrisa adornaba sus labios y sus ojos se cerraron.
- ¡Yeongju! - gritó Juyeon a todo pulmón mientras sus lágrimas caían sobre la chica.
