Extra 1

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Un gatito negro se encuentra durmiendo plácidamente en su cama en frente de una ventana, los rayos de sol que por ella ingresan calientan el negro pelaje del gatito que se encuentra echo una bolita.

Sus orejitas se mueven al escuchar el tintineo de las llaves de San, inmediatamente abre sus ojitos ante ese pensamiento, como todo un flojo se estira aún estando en su camita y de paso bosteza. El gatito se pone de pie y va hacia la entrada a recibir a su amo, de camino toma forma humana justo cuando San ingresa al departamento, el humano al ver a su gatito sonríe dejando a relucir sus tiernos hoyuelos, el gatito se ve contagiado por esa bonita sonrisa y le sonríe de vuelta.

Sin perder tiempo Wooyoung camina hacia San refugiándose inmediatamente en esos cálidos brazos, inmediatamente al hacer contacto el gatito empieza a ronronear contento haciendo que el humano ría enternecido.

-Hola gatito.

Wooyoung que se encuentra ronroneando contento en el cuello de su amo responde con un maullido para luego dejarle un besito en la mejilla a San.

-Me hubiera gustado que ese besito hubiera sido en otro lugar.

Wooyoung entendiendo a lo que San se refirió salió de su escondite, conectaron sus miradas para luego acortar aún más la distancia conectando sus bocas en un suave beso, Wooyoung en ningún momento había dejado de ronronear, a San le encanta sentir esas tiernas vibraciones en su pecho. Sus labios se mueven suave y lentamente, sin apuro, solo disfrutando los labios ajenos. Ninguno de los dos se quiere separar pero la necesidad de oxígeno de hace presente obligándolos a separarse, Wooyoung como el mimoso que es empezó a dejar muchos besitos en los labios de San. San solo se dejar hacer gustoso.

De mala gana Wooyoung se separó de San dejando a este avanzar hacia la sala en donde dejó en uno de los sillones su bolso de deporte, a Wooyoung no le importaba pegarse como chicle a San mientras este está todo sudado.

San dirige sus pasos hacia el baño para darse una relajante ducha mientras que Wooyoung saca la toalla sucia y la botella de agua del bolso de deportivo de San, esa es su rutina de todos los fines de semana. San sale en la mañana a hacer deporte en la plaza en donde lo encontró mientras que Wooyoung se queda durmiendo al sol en su espera, después que San haya terminado de ducharse entre los dos preparan el almuerzo entre conversas triviales.

Han pasado 4 meses desde que San encontró a Wooyoung en la plaza a la cual va todos los fines de semana a hacer deporte. La convivencia con Wooyoung es tranquila, el gatito no le da mucho que hacer, cuando llega a su departamento no encuentra desorden alguno, solo encuentra una cena ya preparada y una bolita negra durmiendo o un lindo chico-gato viendo la tv o haciendo cualquier cosa.

A San le encanta saber que en su departamento hay alguien esperándolo, le encanta llegar y que alguien lo reciba con un tierno ronroneo y muchos besitos. No es como si San no le gustara acariciar las mejillitas del chico-gato y tampoco morderlas, claro que no, tampoco es como si no le gustara acariciar aquellas orejitas negras y tampoco es como si no le gustara escuchar y sentir aquel ronroneo que hace que su pecho se caliente al saber que ese gatito que llevó a su departamento es feliz, claro que no. Ustedes entienden -guiño, guiño-.

Wooyoung como siempre abrió el bolso deportivo para sacar la toalla y botella, pero esta vez había algo diferente, algo muy pequeño que cualquiera hubiera pasado por alto, el chico-gato miró con curiosidad un papel doblado en cuadritos color naranja, un post it, curioso lo abrió y ahí anotado había un número con un llámame, Wooyoung frunció el seño, unas inmensas ganas de botar el papel le invadieron pero se las aguantó porque no era su asunto sino el de San, luego le entregaría el demoníaco papel. Aún así no pudo evitar ponerse celoso y sentirse un poco, bastante, mal.

Medio triste, medio celoso fue a echar a lavar la toalla dejando de paso el papel en la mesa de centro, mientras más lejos esté mejor para el. Qué podía hacer si San era tan lindo, tierno, atractivo, delicioso, si el mismo cuando se conocieron se lo estaba comiendo con la mirada, suelta un suspiro pesado.

Desventajas de tener un novio así.

Optó mejor por volver a su forma de gato e ir a dormir en su camita al sol, se enrolló en si mismo pareciendo al final un bolita negra peludita. San salió de la ducha tarareando una canción que había escuchado por ahí esperando ver a Wooyoung merodeando por ahí haciéndose el desinteresado, como que no quiere muchos besitos y mimitos.

Confundido fue a la cocina esperándolo ver revisando el refrigerador o las alacenas, fue a la sala y ahí al lado de una ventana había una bolita negra durmiendo plácidamente, sonrió enternecido y con cuidado fue a él, lo tomó en brazos con cuidado, con su bolita negra en brazos se dirigió a la habitación que comparten, de camino empezó a acariciar su lomito que está calentito por haber estado al sol, Wooyoung un poco mejor anímicamente empezó a ronronear contento.

Aunque San llegué cada fin de semana con post it con números telefónicos este siempre los va a ignorar porque desde que vió por primera vez a aquel gatito negro su corazón no quiso ni va a querer a nadie más, Wooyoung tiene más que claro eso, pero las inseguridades de vez en cuando  hacen acto de presencia. Contento se retuerce entre aquellos brazos que le han dado calorcito, protección y mucho, pero mucho, cariño. Abre sus ojitos y lo primero que ve es el sonriente rostro de San. Wooyoung frota su peludita cabecita en el pecho de su novio de hace unas semanas.

-Te amo.

Y el pobre corazoncito del minino se aceleró, en su estado solo pudo dejar salir un maullido. Una vez que llegaron a la habitación San lo dejó con cuidado en la cama e inmediatamente Wooyoung tomó forma humana.

-También te amo hyung, mucho.

Su mañana pasó con dos jóvenes dándose amor y muchos ronroneos. Wooyoung está sobre el pecho de San abrazado a el como si no hubiera un mañana y también ronroneando mientras le deja besitos en el cuello y mentón a su chico, mientras que San le da cariñitos a sus orejitas y mejillitas y de vez en cuando unos besitos y mordiscos juguetones. Wooyoung no puede estar más feliz y eso San lo sabe.







𝑪𝒐𝒎𝒑𝒂𝒏̃𝒊́𝒂 𝒈𝒂𝒕𝒖𝒏𝒂➡️𝕊𝕒𝕟𝕨𝕠𝕠/𝕎𝕠𝕠𝕤𝕒𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora