𝑪𝒐𝒎𝒑𝒂𝒏̃𝒊́𝒂 𝒈𝒂𝒕𝒖𝒏𝒂➡️𝕊𝕒𝕟𝕨𝕠𝕠/𝕎𝕠𝕠𝕤𝕒𝕟

S̸͟͞i̸͟͞n̸͟͞g̸͟͞l̸͟͞e̸͟͞

Ese rostro de Dios griego no debería estar exponiéndose de esa manera, debería estar en una vitrina, nOOOOOO, mejor en una cajita de cristal para que así sea sólo mío y nadie más lo pueda ver, y uuuh ese cabello rubio papu que se pega a su frente sudada, quien fuera sudor para recorrer ese bello cuerpo, pensaba un gatito negro sentado en la rama de un árbol mientras ve como un rubio hace su rutina matutina de ejercicios en las máquinas de la pequeña plaza, da gracias al Dios gatuno de estar hoy en esa plaza.

Mientras el gatito piensa un y mil piropos el rubio sigue ejercitándose sin percatarse de la mirada de un gatito negro, mejor para el gatito que disfruta ese espectáculo de músculos tensándose, una delicia. Luego de quizás una hora el rubio terminó su rutina de ejercicios, sacó una toalla de su bolso deportivo y empezó a secar su rostro de Dios griego, tremendo espectáculo para el pobre gatito que está a nada de darle un infarto de pura sabrosura, luego de hidratarse el rubio se giró en la dirección al árbol donde está el gatito negro, el gatito pensó que lo está mirando a el y no, está mirando a unos niños que están correteándose entre risas y gritos, el gatito suspira aliviado pero se da una bofetada mentalmente por no darse cuenta del ruido que están haciendo los niños, eso le pasa por estar ensimismado mirando al rubio.

El rubio desvía su mirada de los niños siendo niños hacia el árbol donde ve un gatito negro sentado en una rama no muy alta del suelo, sonríe al ver lo tierno que se ve el gatito mirando ensimismado a los niños, el gatito se ve callejero, por el estado de su pelaje y porque está un poco flaco, una mascota es justo lo que está buscando y ese gatito se vería muy lindo, más de lo que ya es, con su pelaje limpio, comida y un collar, sonríe aún más ante su plan. A pasos cuidadosos camina en dirección al árbol, detiene sus pasos a un metro de distancia y aclara su garganta en busca de la atención del gatito y la obtiene inmediatamente, el gatito casi se desmaya al ver al Dios griego en frente de él y con una maldita sonrisa digna de comercial de pasta dental.

-Hey, gatito- el rubio le habló con tanta delicadeza y su voz AJSDWJIEDJDIKDK, se sintió desfallecer. El gatito le responde con un pequeño y tímido maullido, todo un caso, el rubio sonríe por la ternura que le causa el gatito.

Da los pasos que le faltan por llegar al árbol, estira sus brazos con cuidado y agarra al gatito suavemente para que no se asuste, el gatito está de todo menos asustados, que irónico. El gatito empieza a ronronear inmediatamente al tocar el pecho del rubio, unas manos le hacen cariño en su cabecita y en sus orejitas, el gatito se deja hacer gustosamente porque quien en su sano juicio desperdiciaría cariñitos dados por un Dios griego, el rubio suelta una risita logrando derretir al gatito entre sus brazos.

-Te llevaré a tu nuevo hogar pequeño.

Y sin más partieron al hogar del rubio mientras este le daba cariñitos, al final el gatito terminó quedándose dormido.

-Pensé que ya te teníamos que comprar una muñeca inflable, hyung- le dice a modo de broma Mingi al rubio.

-Mingi, deja a San tranquilo- le dice a modo de regaño Yunho a su novio, este le sonríe inocentemente.

Yunho y Mingi al saber que San adoptó un gatito no dudaron en ir al departamento del rubio. Habían pasado dos semanas desde que San encontrara al gatito y todo iba con relativa calma, a San se le veía más alegre y les contaba a sus amigos una que otra travesura que hacía su revoltoso gatito y también les mostraba fotos y videítos del minino, sus amigos sonríen felices al ver que San está volviendo a ser el de antes gracias al minino negro que aún no tiene nombre.

La noche llegó y el departamento quedó en un agradable silencio tras la partida de Yunho y Mingi, con pasos calmados se dirige a su habitación en la búsqueda del minino para que tome su leche tibia. Al abrir la puerta lo primero que ve es a un chico pelinegro con orejas y cola de gato con nada más que una polera suya. San pestañea repetidas veces confundido ante la vista, el chico se encuentra concentrado mirando la televisión, San da media vuelta confundido y sus pasos automáticamente se dirigen hacia la sala de estar, ahí se sienta en un sillón individual, no sabe cuánto ha estado en trance, confundido, que unos sigilosos pasos se dirigen en su dirección tratando de llamar su atención, San al darse cuenta de los pasos se tensa, no siendo notable, a la espera de la llegada a su lado del chico pelinegro.

-Amo.

Siente una suave voz a su costado pero aun así sigue sin pestañear, el chico “desconocido” hace un pequeño puchero, pasa una de sus manos por enfrente de la cara de su amo con la esperanza de llamar su atención. Y la consigue. San se empieza a girar lentamente como si se tratara de alguna película de terror, al chico “desconocido” le hace gracia y esboza una linda sonrisa dejando ver sus colmillitos de gato, su cola se mueve con parsimonia a la espera de alguna reacción de su amo. San eleva su vista en dirección al bonito rostro del chico y se le seca la garganta al ver que las orejas en su cabeza se mueven, sus pensamientos se convierten en un remolino en su mente tratando de llegar a una conclusión razonable y tras unos segundos llega a una. El gatito negro que encontró en la plaza es un híbrido, vaya, ahora tiene más que una compañía gatuna.

Se levanta con cuidado de no ser brusco y asustar a su gatito, gira quedando enfrente del híbrido y lleva una de sus manos hacia las orejitas y le empieza a dar suaves caricias para no lastimarla e inmediatamente se empieza a escuchar el ronroneo del minino, San sonríe ante ese acto.

-¿Tienes nombre, gatito?- el híbrido asiente en respuesta incapaz de formular alguna respuesta verbal- ¿Cuál es?- le vuelve a preguntar San.

-Wooyoung.

El hibrido se abraza al torso de San y lleva su rostro al cuello ajeno y ahí empieza a ronronear aún más fuerte disfrutando de las caricias que está recibiendo en una de sus peludas orejitas y en su espalda, en agradecimiento empieza a dejar breves lamidas en esa zona, con la primera San se estremece ya después empieza a reír suavemente.