CHANCHAN ✧ DONGCHAN

marchitar

Donghun actualizó acerca de la desaparición de su pareja, y como cada mañana, salió al patio de su hogar y se sentó en el césped.

— Hoy será un gran día. — Dijo para sí mismo, en voz alta. Había un sol que quemaba a cualquiera que se interponga entre él y la tierra. Una mariposa se posó en una planta cercana a él, Donghun la vio y sonrió. — ¿Viniste a visitarme, Chanie?

Sonó el timbre de la casa, él se puso de pie y fue hasta la entrada. Su sorpresa fue mucha, vio a cuatro oficiales de policía esperando por él en el marco de la puerta. Quizás tenían noticias de su Chanie, del amor de su vida..

— Lee Donghun, queda detenido por el presunto asesinato del desaparecido Kang Yuchan. Tiene derecho a guardar silencio..

El mayor abrió los ojos anonadado.

— Tardaron bastante, qué ineficaces. — devolvió el asesino, e instantáneamente volteó para que los policías pusieran las esposas en sus manos. — ¿Tienen curiosidad..? Bien, les contaré.

Nadie más habló en el viaje, sólo él, describiendo cómo despedazó el cuerpo muerto de su novio.

"Yuchan sabía que no podía tener amigos además de mí. Le dije mil veces que, no podía hablar con alguien que no sea yo. Salí de casa y lo vi hablando con un empleado de la estación de servicio, no pude resistirme. Fingí que me había quemado la mano, y cuando Chanie entró en la casa de nuevo, lo acuchillé por detrás. ¿Sabían que la carne humana es más rica de lo que parece? Yo pensaba que las personas que matan a otras para comérselas están locas, pero es lindo si sabes que siempre lo tendrás contigo.." Calló por un momento cuando notó que nadie decía nada, pero continuó rápidamente. "Bueno, primero lo hicimos. Él estaba a punto de morir, supongo, pero de todas formas gemía como yo. Lo pasamos bien, cuando noté que ya no tenía pulso lo llevé a mi habitación y corté sus extremidades, más tarde puse sus pequeños deditos a hervir.."

— ¡Cállate la boca, cállate! — Exclamó uno de los oficiales que estaba aturdido por las horrendas palabras del detenido. — Si es por mí, te pondría toda la vida en un calabozo, basura humana.

"Licué algunas partes de mi novio y me las bebí, no puedo describir su sabor, pero era una combinación entre algo ácido con una textura babosa.. Hice jalea con sus restos y me la comí.." Fueron sus últimas palabras, porque el oficial no pudo resistir más y agujereó su cabeza de un disparo.