Capítulo 9

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Bajo la luna azul

Sintió que la angustia le paralizó breves segundos, le era difícil visualizar a sus hijos con una madre que no fuera la austriaca, le dolía en cierta forma la situación, por su mente pasó la idea de que estaba escuchando mal, que en realidad aquella palabra no había sido nombrada por su hijo con tanta insistencia y claridad

No sabía que correspondía en ese momento, si debía de reprocharle a sus hijos y corregirles o de hacerlo con Argentina, que a su parecer se estaba tomando muchas libertades con sus hijos cuando él no se encontraba pero pese a esa idea el alemán no podía sentirse enojado, solo un pinchazo de incomodidad y cierta angustia se instalaba en su pecho

Aun con la mente confundida, estiró su mano sobre el pomo de la puerta y la abrió antes de inclinarse un poco y tomar la mano de su hijo que no parecía querer ser cargado por su padre comenzando a dar cortos pasitos mientras balbuceaba una y otra vez aquella palabra que al alemán sentía como un puñal en el pecho al entender que no iban dirigidas a su amada

-- Deutschland, wohin willst du? (Alemania, ¿A dónde quieres ir?) – preguntó el alemán al sentirse un idiota por dejarse guiar por un niño de un año que poco o nada le habría entendido a su pregunta retórica y en juego de sobre el paradero de Argentina

El pequeño de ojos amarillentos volteo a ver a su padre y parpadeo repetidas veces y arrugó su nariz con un sentimiento que el alemán no pudo interpretar con exactitud

-- Mama, Vater, Mama – respondió el niño con cierta obviedad en su tono de voz antes de volver su mirada al frente y seguir caminando torpemente, el rojizo se sintió algo tonto con aquella respuesta, sintiendo ese tono irónico demasiado similar a como sabía responderle la argentina , tanto que le generaba un mal sabor de boca

Por otra parte, Ori que aún seguía en brazos de su padre no tardó en removerse y quejarse para poder bajarse, lo que terminó haciendo para que no comenzase a llorar, por lo cual ahora el alemán se encontraba inclinado hacia adelante sujetando las manitas de sus hijos que ternos a volver a la casa sin la argentina, caminaban con ayuda en su búsqueda

Los pasos lentos del alemán que trataba de que sus hijos fueran al mismo ritmo le hacía pensar en que pasaba y en qué debería decirle a la latina sobre el cómo los dos niños se dirigían a ella, pero no quería volver a tener un enfrentamiento con esta, o no ya tan tarde

Después de un rato considerable ambos niños decidieron que ya no querían seguir a pie por lo que coordinados, ambos pequeños se sentaron en el pasto y voltearon a mirar a su padre quien arqueó una ceja, era obvio que no sabían dónde estaba la latina, no entendía por qué en algún momento creyó que si lo llevarían a donde se encontraba, de todas formas no importaba, a fin de cuentas ni siquiera quería saber que estaba haciendo, no era de su incumbencia

Reich volvió su mirada hacia el camino por el cual habían caminado, llegando a ver a lo lejos y entre las ramas de los árboles la casona y sus luces en medio de aquella noche tan clara como fresca

La mirada del alemán se desvío brevemente hacia el cielo nocturno, en aquel manto azul salpicado de estrellas, se dio la tarea de respirar profundo y de cerrar sus ojos breves instantes antes de volver a mirar a sus hijos que permanecían en su sitio jugando entre ellos ajenos a lo que podría estar haciendo su padre

Dentro de aquella calma nocturna, el alemán decidió que lo mejor sería volver a la casona y esperar a que la latina regresase y hacer de cuenta de que nada había pasado y que no buscaría problema por algo que decían sus hijos. Ya dispuesto a regresar a la casona a simplemente dejar pasar lo ocurrido, el alemán se vio interrumpido en su accionar por una voz aterciopelada que se escabullían entre los arbustos y la noche clara

Entre rosas y pólvora.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora