Más que una amiga - Nishinoya Yuu

¿Juntos?

Tres semanas después de la confesión. Nishinoya tiene que ponerle un alto a la distancia entre él y Shizu. Así que la invitó a una cafetería, creía que entre tanta gente no estaría nervioso y podría ser sincero no solo con ella sino también consigo mismo.

—Yuu —Shizu llamaba al chico el cual se encontraba desde hace cinco minutos "tomando" de su malteada—. ¿Yuu, estás bien? —. el mesero se encontraba a un lado de la pareja esperando que el chico soltara el vaso vacío, sin embargo aunque ya no tuviera nada Nishinoya quería seguir tomándolo hasta lo más mínimo por medio del popote—. Yuu, basta —Shizu detuvo a Nishinoya y le entregó el recipiente al mesero—. Gracias —le agradeció al mesero y este se marchó.

La peli plateada sonrió con ternura y tomó entre sus manos las manos del castaño.

—Somos amigos, aquí estoy —acarició la mano contraria—. ¿Qué es lo qué pasa? —preguntó preocupada.

—Eso lo debería de preguntar yo —contraatacó y Shizu alzó la ceja con duda—. Te confesaste y dijiste que todavía seguiríamos siendo amigos pero me estuviste evitando todo este tiempo. Debo admitir que me sorprendió bastante que me aceptaras esta salida después de haberme ignorado.

Shizu soltó las manos contrarios, se recargó en su asiento y suspiró cansada.

—Fue un error haberme confesado —admitió pero no espero ver el rostro triste del contrario—. Me apresuré, lo siento, me di cuenta que solo te estaba utilizando.

—¿De qué rayos estás hablando? —Nishinoya se empezó a enojar y pensó: ¿Al final todo este tiempo fui un juego?

—Me gustas desde secundaria —al escuchar esta nueva confesión Nishinoya quedó más confundido—. Cuando te cambiaste de escuela para ir a preparatoria mi corazón se destrozó. Entonces la conocí a ella, fue linda nuestra relación, pero solo me utilizó para burlarse de mí. Estuvimos juntas todo el primer año de prepa, pero en la semana de exámenes finales me citó en la bodega de la escuela. Cuando llegué me encontré con dos de sus amigos, eran grandes y robustos. Entonces ella me encerró en ese cuarto con los chicos, uno trató de abusar de mí mientras él otro grababa. Desde afuera admitió que me tenía asco porque también me gustaban las mujeres, entonces sus amigos me ayudarían a "quitarme" esa "enfermedad" probando lo que "en verdad les gusta a las mujeres". Logré defenderme y le rompí la pierna a uno, entonces escapé trepando por las estanterías hacia una venta. La escuela prefirió mantener su reputación así que me expulsaron a mí y no a ellos. Mamá no pudo hacer nada, está del otro lado del mundo. Papá tampoco no me apoyó. Mi abuela fue la única que estuvo para mí, falleció a principios de este año y en su testamento declaró su casa para mí, por eso me mudé.

—Shizu, en verdad lo siento. No tenía ni idea y te traté de mal, perdóname —Nishinoya estaba hecho un lío y se sentía demasiado culpable.

—No te preocupes, yo también te hice daño por eso te pido disculpas. Cuando nos recontáramos fue como ver al sol cegarme. Eres una persona que brilla y me alegra mis días. Mis sentimientos por ti volvieron a salir a flote pero yo la amé a ella y siento que todo este tiempo te estuve utilizando para olvidarla. Perdóname.

Nishinoya se encontraba sonrojado y molesto. Dejó suficiente dinero en la mesa para pagar la cuenta y dar propina. Tomó de la muñeca a Shizu y se alejó con ella a paso apresurado.

Se detuvieron en el parque, dónde se miraron frente a frente por un largo tiempo. Nishinoya quería decir algo, pero los nervios le ganaban.

—Yuu...

—¡TU TAMBIÉN ME GUSTAS! —gritó el libero a todo pulmón ganando la mirada de los presentes—. ¡ME GUSTAS DESDE NIÑOS! ¡ERES MI PRIMER AMOR!