Conociendo más del Pasado

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Mitsuki se habia marchado por una temporada. Si esto fuera pasado hace años, estaría preocupado, esperando o buscándole. Ya que su hermana era un alma libre y era dificil hacer que se quedara quieta. 

Aún más ahora que buscaban a seres como ellos. Inmortales, como ella les llamaba. Ya que a ellos les impactaba la muerte de las personas a las que amaban, mucho más de lo que se podria describir. Por lo que era mejor convivir con seres que eran iguales. Que no morirían. O esos eran los ideales de su hermana.

La muerte de su madre le habia afectado más que a él. Fue en ese momento ya hace cientos de años, esa idea fue tomando forma en su corazón.

Zero la conocia mucho más de lo que ella creía, y la apoyo ya que esa idea no le pareció tan irracional. En ese momento. Pero después no pudo evitar preocuparse. No todos los inmortales que conocían tuvieron la suerte de ellos dos. Ser aceptados por su madre, una mujer fuerte que aunque siempre supo que eran diferentes, les amó con toda su existencia.

Todas esas ideas tuvo que dejarlas de lado al sentir la presencia de Mitsuki viniendo hacia la mansión. Pero frunció el ceño al sentir que se encontraba acompañada. 

Las dos personas encapuchadas entraron mientras Zero las recibía. Su gemela fue la primera en quitarse la capucha, seguida por la otra persona. Y Zero no pudo evitar congelarse al verle. Era bellísimo. Pocas personas podían pararse al lado de su hermana y resaltar más que ella.

Mitsuki llevaba su cabello platinado suelto cayendo por su espalda como seda. Su cintura remarcaba en contorno de sus senos y caderas. Sus ojos brillaban en tono violeta grisáceo. Mientras que el hombre a su lado, aun estado allí sin decir ni una palabra tenia un aire de elegancia. Su cabello oscuro con ondas era como chocolate derretido sobre sus hombros. Poseedor de unos ojos borgoñas que si le pegaba la luz del sol directamente podrían verse carmesí.

—Podrías explicarme esto, Mitsuki —gruñó dirigiéndose hacia su gemela.

—Su nombre es Kaname. Vivirá con nosotros.

Se estaba arrepintiendo de complacerla tanto. Su hermana merecía una paliza.

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—No confio en él —admitió —será mejor que decidas. Se marcha él o lo hago yo.

Ella sonrió como lo hacia cuando tenía una plan de refuerzo. Y Zero supo que no debía dejarle hablar, si esperaba que ella entendiera su punto.

—Te conozco aún más de lo que crees. Eres demaciado bueno como para no darte la oportunidad de conocerle.

—¡Grandioso! Halagos más chantaje emocional. —suspiro con resignación —Una oportunidad, solo una Mitsuki.

No podia evitarlo, pensaba que a las personas se les debía dar el beneficio de la duda. Pero si este demostraba no ser confiable, le separaría de su hermana.

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Entró en la biblioteca y sus fosas nasales captaron un intenso olor a rosas frescas. No era desagradable. Pero el saber, quién era el dueño de esa esencia le hizo fruncir instintivamente el ceño.

Este se encontraba cerca de un gran ventanal, su postura erguida no daba indicio de encorvarse. Un aire nostálgico le envolvía, mientras que los juguetones rayos de sol golpeaban su rostro.

En ese instante como si notase su mirada, levantó la vista del libro que estaba leyendo y esos ojos borgoñas le aturdieron. Tenia razón. La luz natural le favorecía, esos ojos tenian un tono rojizo.

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⏰ Última actualización: Feb 14 ⏰

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