~ Lazos del Pasado ~

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El extraer su corazón y lanzarlo a ese horno no le causo dolor, hace mucho su percepción del dolor había cambiado. Ella podia soportarlo infinitamente. Posiblemente por su naturaleza.

Pero el dolor fisico era diferente al emocional; asi que pensó en Kaname. Le dolería, estaría triste. A quien queria engañar su amado estaría devastado. Pero Mitsuki tenia una razón, a él le costaría entenderlo pero lo lograría, ella se habia enamorado de una persona inteligente. Y Zero estaría con él, contaba con eso.

Su hermano, su otra mitad. Lograría sanarlo. Porque ella podia verlo aun cuando esté tratara de ocultarlo. Zero podia ser inexpresivo la mayoria del tiempo pero Mitsuki podia leer esos gélidos ojos amatistas y estos ardian de amor hacia Kaname.

La interacción entre ellos siempre fue especial. Desde la desconfianza inicial, la amistad y confianza, y el amor que su hermano fue desarrollando hacia el castaño. Ella pudo verlo todo.

Los seres inmortales como ellos, tenian habilidades especiales. Kaname podia ver instantes del futuro. Zero podia entender cualquier cosa con solo haberlo visto una vez, las mentiras no pasaban desapercibidas antes sus ojos. Su habilidad era mucho mas abstracta. Podia ver los lazos que unían a las personas, ya se en el pasado, presente o futuro.

Y aunque siempre pudo ver el lazo que la unia a Kaname, sabia que en el futuro estaba unido con su hermano.

Esa era la razón de por que aprovechaba esa oportunidad. Sus razones eran personales. Amaba demaciado a esa persona como para permitir que se sacrificara. Pero aunque pareciera que le dejaba solo. A su gentil caballero le dejaba un futuro.

Confiaba que su querido hermano borrara cada rastro de dolor en su corazón. Que compartiría esa pesada carga. Porque Zero tenia el corazón más suave, amable y paciente.

Levantó la mirada y sonrió suavemente al ver a esa persona de impresionantes ojos borgoñas. Él se mantuvo callado y ella pudo escuchar el ¿por qué? jamás pronunciado.

Así que se permitió acurrucarse entre sus brazos por última vez.

—He sido tan feliz a tu lado —dijo y sintió como esas gentiles manos la envolvían.

No mentía, le amaba con toda su existencia. Él siempre fue su caballero, la hizo feliz los años que pasaron juntos. Así que se permitió dormir en sus brazos, mientras su cuerpo se fracturaba en miles de cristales.

Su último pensamiento fue el protegerle por toda la eternidad a través de su corazón, aun si eso significara el jamás reencarnar. 

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