Capítulo cuatro

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Chenle no sabe muy bien lo que había sucedido, sólo que Jeno de alguna forma lo había convencido de salir de casa para ir a comprar o dar un paseo —no lo entendía en verdad. Tuvo que cambiarse de ropa a pesar de no haber tomado una ducha como debió ser, y aunque se lo hizo saber a Jeno, él no lo tomó en cuenta. Se sentía un poco avergonzado con su aspecto, pues simplemente se puso un polerón cerrado junto a unos pantalones negros y fue arrastrado a las afueras como si de un muñeco se tratara.

Tomaron el metro, claro que luego no comprendía lo que estaban haciendo debido a su falta de comprensión del transporte público. Sin embargo, no necesitaba esforzarse porque Jeno estaba a su lado y era quien lo estaba guiando hacia su destino. Había mucha gente, eso le incomodaba bastante puesto que tenía la impresión de que se perdería en medio de la multitud, por lo que se aferra al brazo de Jeno para no separarse de él. Pareció no importarle, es más, de vez en cuando podía ver una sonrisa en su rostro que no intentaba ni disimular.

A pesar de no tener consciencia del lugar o siquiera la razón de su salida, Chenle confiaba por completo en Jeno. Tal vez por eso no sentía miedo de estar en público, porque a su lado había una persona que lo estaba apoyando y cuidando. Había una persona que se preocupaba tanto por su bienestar que podría averiguar su dirección sólo para asegurarse de que estuviera bien —o eso había dicho Jeno. A su lado tiene a la persona más amable y cálida que hubiera conocido, con unos amigos tan grandiosos que podían aceptarlo sin siquiera dudarlo. Porque así era Jeno. Un tipo bueno y confiable a pesar de su pasado tan egoísta.

Chenle sentía demasiada admiración por él, al menos de esa manera quiere llamar al sentimiento que recientemente se ha instalado en su corazón. A veces no podía dejar de observar a Jeno porque lucía maravilloso en momentos tan simples; por ejemplo, ahora mismo tiene una sonrisa decidida que le da un aspecto serio, pero sus ojos encantadores eran tan llamativos que era difícil de notar. Su nariz delineada brilla contra las luces exteriores y su cabello rubio hacía juego con la amarilla luna resplandeciente. Jeno parecía un tipo irreal, y tal vez, sólo tal vez, Chenle se sentía atraído por él.

—¡Jeno, Chenle, por aquí!

Aquel grito le hicieron desviar rápido la mirada hacia la persona que lo había emitido, y cuando Chenle encuentra el lugar se sorprende demasiado por ver a Jisung, Donghyuck, Renjun y Jaemin esperando en una esquina aislada por ellos.

—¿Jeno? ¿Qué está sucediendo? —pregunta con una voz tan suave que duda de si fue escuchado. Claro que Jeno se lo hizo saber apenas le dedica una sonrisa abierta.

—Lo que querías, ven. —Su respuesta no tenía relación alguna con su duda, aún así lo sigue tal cual se lo ha pedido—. Ey, muchas gracias por venir.

—Iugh, no hables como si estuviéramos en un culto, hay niños presente. —De inmediato comenta Donghyuck, haciendo evidente su malestar al mostrar una expresión de desagrado en el rostro.

Renjun suelta una risa y luego mira a Jaemin, haciendo un pequeño gesto con la cabeza que nadie logra comprender.

—Te extrañamos hoy durante el descanso, Chenle.

Jisung asiente de inmediato.

—Te estuve enviando mensajes durante todo el día pero no respondiste a ninguno. —Ladea la cabeza ligeramente mientras alza ambas cejas, dándole un aspecto adorable—. ¿Estás bien?

Chenle no solía mentir porque sabe que es algo muy malo, si alguien pregunta por un asunto debes decir la verdad y ya. Pero esta vez la verdad era demasiado dolorosa y no podía simplemente relatar su pelea con sus amigos por segunda vez en el día, eso lo destruiría. Si dice una mentira sólo por esta vez no debería ser tan terrible, ¿verdad?

Noche Estrellada [Jenle] {EDITANDO 2/6}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora