Aquí encontrarán capítulos que no subí en la de Roma ya que eran rellenos o se alargaba la novela, también el los comentarios pueden decirme que cosas quieren ver y se pondrá
2 días después del atraco. Hacienda "La Esperanza" En algún lugar de México.
Roma entra al cuarto donde Río descansaba, desde que habían llegado a México el había estado durmiendo. Ya que Roma lo había sometido a operación y lo mandó a descansar, hasta ahora, el ya se sentía bien y tenía demasiada hambre.
—Te gustó la comida?— pregunta Roma una vez que entra y lo observa comer todo lo que María le había llevado.
—Jamás me imagine que la comida mexicana, fuera tan deliciosa.—responde este mientras se chupaba los dedos, María le había llevado huevos estrellados con salsa y frijoles.
—María es una excelente cocinera, como te sientes?— pregunta ella sentándose a su lado.
—Estoy bien, la herida ya no duele tanto como el principio.—contesta este sonriendole a Roma.
Afuera de la habitación Emma se acercaba con Santiago en brazos.
—A dónde vamos Emma?— pregunta el niño con su cabeza recargada en su hombro.
—Vamos a que conozcas a nuestro hermano mayor.— le responde esta besando su frente, el niño la observa confundido.
—Tenemos un hermano?— pregunta con el ceño fruncido mientras ladra su cabeza.
—Bueno, una vez que convencemos a papá de adoptarlo lo será.— le responde esta tocando su nariz con ternura, el niño arruga su frente y ríe mientras besa la mejilla de su hermana.
Ambos entran al cuarto encontrándose con Roma abrazando a Río, quien lloraba tras recordar a Tokio, Río limpia sus lágrimas y observa al pequeño niño en brazos de Emma.
—Joder.—suelta este mirando al niño.
Santiago era la viva imagen de Andrés aunque tenía la mirada de Mía, el niño tenía un gran parecido a Berlín.
—Hola.—suelta Santiago tímido mientras se esconde en el cuello de su hermana.
Dubai se sienta a lado de su madre a la vez que acomoda el niño en sus piernas.
—Mira, Santi el es Rio.— lo presenta Dubai, el niño le sonríe con ternura.—Río el es Santiago de Fonollosa.— dice sonriendole a ambos chicos.
—Emma dice que eres nuestro hermano mayor.— comenta el niño con timidez.
—Lo será cuando convensamos a papá.— dice Roma sonriendole a sus hijos.
La relación entre Santiago y Río era muy estrecha, el niño siempre corría hacia Río si su papá no estaba, Berlín lo notaba cada día, ambos jugándo a los carritos, al fútbol en la playa o simplemente viendo películas.
Santiago para Rio fue un ancla para que no se partiera en pedasos, estar con aquel niño y con todas banda fue buen motivo para seguir adelante y lo hizo.
Aunque la banda siempre bromeaba con que deberían adoptar a Río, Roma si se lo tomó enserio ya que no perdía la oportunidad de hacérselo sabe a Berlín.
Fueron noches intensas y apasionales, Berlin admite que fue divertido ver a su esposa e hijos tratando de que este aceptara, sin contar las veces que Roma dejó que el hiciera lo que quisiera con ella en la cama fue demasiado interesante.
Berlín sabía lo importante que se había vuelto Río para Emma y Santiago, ambos lo querían demasiado, siempre estaban los 3 juntos y aveces Sebastián se les unía.
Un día cuando descubrieron que esperaban gemelos, fue cuando Roma se aprovecho de la situación para convencerlo.
—Sabes lo difícil que fue cuidar a Santiago y ahora serán dos, con Río siendo nuestro hijo oficialmente tendremos niñeras gratis.— murmura Roma sentándose a horcajadas de Berlín besando su mejilla.
—Se lo que tratas de hacer Angel.— murmura está vez el con una sonrisa disfrutando las caricias de su esposa.
—Lastima, con Río junto a Emma y Santi cuidando a los gemelos tu y yo podemos tener noches incontrolables teniendo sexo hasta el amanecer.—susurra besando castamente sus labios.
—De acuerdo, donde firmó.— dice Berlín ya rendido.
Sip, el sexo siempre podría convencer a Berlín.
—Tenemos que hablar Río.— entra Roma seguido de Berlín, quien se recarga en la pared observandolos.
—Que pasa?— pregunta viendo al matrimonio.
—Los papeles están listos, solo falta a que tu digas que si.— le tiende Roma una carpeta a Río, este la abre y comienza a leerlo con sorpresa y emoción.
—Los papeles de adopción.— murmura en voz baja.—Tu estas de acuerdo?— le pregunta a Berlín.
—Mi esposa te adoptó desde la primera vez que te vio Río, no tenía demasiado voto de cualquier forma, pero si estoy de acuerdo, ahora con los gemelos en camino necesitaremos niñeras.— suelta con una sonrisa burlona
—Espera que? Dijiste gemelos.— exclama Río mirándolos sorprendido.
—Joder quedamos en decirle junto a los niños.— dice Roma mirando mal a su esposo.
—Ho vamos no me mires así, el fue el primero en enterarse de Santiago, así que esta bien que se entere primero de los gemelos.— suelta Berlín palmeando el hombro de Río.— Además vete acostumbrando, las noticias siempre las suelto sin anestesia.— dice para luego salir del cuarto.
Roma besa la frente de Río mientras sale rodando los ojos por lo que su esposo hizo.
Río observa la carpeta y sonríe, volvía a tener una familia.
