Una Cena, una Boda y Nuestra Primera Cita Oficial

1. La cena más incómoda y romántica de la historia

Hola gente linda !! ¿Como va su lunes? 

Aquí reportandome con esta pequeña sorpresa para todos los que amaron "Como recuperar al amor de tu vida en 3 pasos".... esta historia es muy corta, solo unas cuantas palabras que espero disfruten mucho :D :D 

Sin mas que agregar, los dejo leer *w*

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Con cuidado, termino de meter la carne al horno, asegurándose que todo estuviera en su lugar mientras las papas gratinadas se cocían a la perfección, dejando un agradable aroma en la cocina. Con un suspiro, Canadá miro a su alrededor, todo estaba listo para la cena de esa noche, si, por fin, una semana después, todo estaba listo para que oficialmente pudiera pedir la mano de su adorado novio, sin temor a que su suegro siguiera enojado y le disparara.

Con una sonrisa, Canadá recordó, como ese domingo él y su novio habían llegado de su campamento con la bella idea de sorprender a la familia con un gran desayuno y por fin, pedirle a URSS su bendición para casarse con Ucrania, pero sus planes se habían ido al carajo cuando al llegar a la casa de los soviéticos, vio cómo su cuñado Rusia y un chico que no conocía de nada, salían corriendo en ropa interior mientras eran perseguidos por su suegro y el vecino de este con un par de rifles de asalto, disparando sin piedad a esa fría hora de la mañana, cosa que inmediatamente hizo que todo el valor que había reunido en el viaje se esfumara como arena entre los dedos y no es que fuera un cobarde, pero Canadá no tenía pensado repartir la experiencia de correr por su vida mientras un enojado URSS le disparaba mientras maldecía toda su existencia.

Cuando las cosas se calmaron, o más bien se acabaron las municiones Rusia le contó lo sucedido, al parecer, el chico había mancillado al hijo del señor Reich y este se había dado cuenta pues estaba en la casa en el momento en que los jóvenes habían tenido sexo (según había entendido, la enemistad que su suegro y su vecino se juraban era un teatro para ocultar la relación amorosa que ambos compartían) y para acabar de ajustar, a Bielorrusia, su cuñada, la habían descubierto en la sala de la casa, haciendo lo mismo que su hermano y su padre, horas antes.

Esa mañana había sido una completa locura, URRS tratando de hacer justicia pues habían profanado a su pequeña flor mientras que el señor Reich buscaba venganza por la recién robada virginidad de su hijo. Por suerte para todos, la policía y los vecinos conocían muy bien el carácter de ambos adultos y las cosas no pasaron a mayores, pero el ambiente estaba muy tenso, por lo que, para evitar más problemas, entre todos habían cuadrado una cena para hablar de las nuevas relaciones y de ser necesario, suplicar perdón.

Por eso es que estaba en ese momento, terminando de cocinar mientras en el comedor, su dulce flor estaba arreglando la mesa. Decir que se veía hermoso era poco, esa noche lucia magnifico, sobretodo porque su suegro había sido muy claro y quería que todos estuvieran presentables para la cena, Ucrania llevaba un hermoso top blanco de seda, con cuello de tortuga y manga larga, un pantalón negro hasta cintura que marcaba sus perfectos muslos y su delicioso trasero de durazno, solo ver como se inclinaba sobre la mesa para acomodar algunas cosas, hacía que en su cabeza se reprodujeran un sinfín de sugerentes e indecentes imágenes, donde su adorada flor, era el protagonista.

Si su memoria no fallaba y eso era imposible, eso fue lo primero que había visto de su chico cuando lo conoció. Todavía recordaba ese día, fue en su primer año de universidad, estaba recorriendo los pasillos tranquilamente con dirección al gimnasio para su práctica de hockey cuando de uno de los salones de computo, una suave risa llamo su atención, deteniendo su andar se asomó por la puerta abierta para ver como un celestial cuerpo estaba recostado sobre una de las mesas del salón, hablando tranquilamente mientras el claro sol de la tarde entraba por las amplían ventanas delineando su figura. Había sido casi una aparición para el canadiense, un ángel caído directamente del cielo, que atrapo completamente su atención, al punto de que llego media hora tarde a su entrenamiento y tuvo que pagar su falta a punta de flexiones y otros ejercicios