Introducción.

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Hay un aire denso en la sala de interrogatorios. La luz tenue parpadea desde la lámpara colgada en el techo, las murallas pintadas de un azul oscuro dan una apariencia todavía más lúgubre. El tic tac incesante del reloj es el único ruido que se alcanza a oír.

—Bien, hagamos esto simple, ¿Dónde está Dohyon?

JinHyuk es el detective asignado al caso. La desaparición de un chico de secundaria hace más de 96 horas, cada minuto que transcurre es un instante en que el menor podría estar debatiéndose entre la vida y la muerte.

—¿Qué te hace pensar que yo soy el culpable? ¿Por qué querría hacer desaparecer a mi propio hermano?

El sospechoso se llama Lee Hangyul. Un joven de 20 años, apariencia robusta, cabello castaño y actitud altanera. Se mantiene relajado en su asiento pese a tener las manos esposadas sobre la mesa. Demasiado relajado para el gusto del policía.

—Lo asesinaste ¿No es así? —La mirada de JinHyuk es firme, no permite que el joven frente a él lo amedrente. Él tiene experiencia con ese tipo de personas, siempre es lo mismo al fin y al cabo, creen que el dinero les da el poder para sentirse encima de todos. JinHyuk odia ese tipo de gente. Él va llevar el interrogatorio hasta el final.

Hangyul suelta un bufido sarcástico. Eleva una ceja y se inclina un poco más hacia adelante, sosteniendo la mirada de su interlocutor con gesto soberbio.

—No puedes simplemente hacer una acusación como esa, no tienes pruebas.

—Y tú no deberías estar tan tranquilo cuando hay una veintena de personas rodeando el perímetro para hallar a tu familiar. Sé que lo hiciste Hangyul, terminemos con esto.

El joven abrió la boca para responder, pero su intención se vio anulada al ver al policía sacar su teléfono y comenzar a reproducir un vídeo que le enseñó al menor. De inmediato la expresión del chico cambió rotundamente, tensó la mandíbula y apretó los puños.

—¿Dónde conseguiste ese vídeo? Es mi privacidad, no tiene que ver con el caso.

JinHyuk chasqueó la lengua y pausó el archivo en el aparato. Sus comisuras se elevaron sutilmente cuando volvió a enfrentar al acusado, lo había atrapado esta vez.

—El intachable Lee Hangyul teniendo sexo con un chico en los camerinos de la facultad —Anunció, saboreando las palabras —El vídeo se hallaba en el celular de Dohyon que encontramos en el área de la última vez que fue visto. Mi teoría es que tu hermano lo tenía en su poder y lo usó para extorsionarte de alguna forma, como viste tu imagen amenazada tuvieron una discusión y luego lo hiciste desaparecer —Mencionó, cruzándose de brazos, apoyándose en el respaldo de la silla —¿Lo tienes escondido con vida en algún lugar? ¿Lo mataste y ocultaste su cuerpo? Si confiesas ahora, yo podría ayudarte. Si tienes suerte, podrías reducir la condena.

Hangyul se mantuvo impasible a sus palabras, intentó con todas sus fuerzas disimular. El policía lo estaba picando más duro, no contaba con que tuviera el maldito vídeo. Un paso en falso y su vida estaría arruinada.

Tomó una bocanada de aire y se esforzó en que su voz sonara tranquila.

—Seré claro, detective. No sé qué clase de película te estás armando, pero yo definitivamente no tengo nada que ver con la desaparición de mi hermano menor. Dohyon es un chico inquieto y todo el tiempo se mete en problemas. Estoy seguro de que está haciendo todo este circo para llamar la atención y pronto va a volver. No es primera vez que se escapa.

—Había rastros de sangre en la carretera, Hangyul. El ADN coincide con las muestras que tenemos.

—¿Y eso qué? Puede que no lo creas, pero adoro a mi hermano, las familias como la mía funcionan así. Nos distanciamos pero seguimos siendo leales a los nuestros. Cada minuto que pasas creando suposiciones estúpidas pierdes al verdadero culpable que probablemente anda suelto allá afuera.

«ÉLITE ; X1»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora