La elección

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Elegir no siempre es fácil, mucho menos cuando se trata de elegir soldados que representen a tu nación. Esa era la situación actual de los cuatro espíritus, una vez regresaron a su nación, debían de elegir con cuidado a quien llevarían a la reunión.

Comencemos con la nación más calurosa de todas, la nación del fuego.

A pesar de ser caracterizados como la nación más fuerte de todas, los soldados también se tomaban un tiempo para meditar, ya que mantener una paz mental, les ayudaba mucho para controlar sus emociones al momento de la pelea.

Es era el caso de un chico pelinegro, piel color porcelana, estatura algo baja y de ojos grises, quien se encontraba arrodillado y meditando dentro de un templo, rodeado por varias velas. Pero, a pesar de estar con los ojos cerrados, aun podía percibir todo lo que ocurría a su alrededor, como la presencia de cierta persona.

-Sé que estas ahí, Mika, aunque trates de no hacer ruido- dijo el pelinegro sin necesidad de voltear a ver.

-...-la mencionada no dijo nada, solo se quedó un rato más en la entrada del templo, se le veía angustiada- ... es tiempo...-no fue una pregunta, sino una confirmación.

-Lo es- respondió sin más el pelinegro.

Mikasa camino a paso lento hasta terminar detrás del pelinegro, se arrodilló, lo abrazo por detrás, desde los hombros, y apoyo su cabeza en su hombro- ¿soy egoísta al decir que no me importa lo que le pase al mundo, si a cambio te sigo teniendo a mi lado?

-Mika, ambos sabíamos que este día llegaría, tarde o temprano.

Mikasa solo apretó más el agarre.

-No quiero perderte, Levi-kun, eres mi hermano y te quiero.

Antes de que se pudiera decir algo más, se comenzó a escuchar un escándalo, lo cual los hizo separarse.

-No sé porque, pero tengo el presentimiento de quien armo ese escándalo- comentó Mikasa mirando a la salida.

-Ya somos dos- le siguió Levi

Ambos se supieron de pie y se dirigieron con dirección a donde era el comedor, al entrar vieron a la responsable del escándalo.

-¡La próxima vez que se atrevan tocarme, desearan no haber nacido!- Ymir tenía a Porco contra el suelo, su pie aplastaba su cabeza mientras doblaba uno de sus brazos.

-Ymir, ¿qué te hicieron los idiotas Galliard ahora?- pregunto Levi sin asombro alguno, y hablaba de los dos porque a un lado se podía ver a Marcel, también en el suelo, y sosteniendo su brazo.

-El idiota mayor pensó que podría agarrarme el trasero y salirse con la suya, pero se equivocó de chica.- miro a Porco- Y el menor trato de atacarme por detrás, como el cobarde que es.

-Si fuera Levi de seguro lo hubieras dejado- susurro Marcel aguantado el dolor.

Ymir, al escuchar eso, soltó a Porco y pateo a Marcel en el estómago.

-¿Algo más?- preguntó Mikasa algo molesta por lo último escuchado.

-Ah sí, Jean y Marlo trataron de hacerse los héroes y detenerme, pero ya ven que no- Ymir señalo a un lado, donde estaban los mencionados, quienes se quejaban un poco de dolor- Que decepción de hombres, a este paso moriré siendo virgen.- comentó algo disgustada para después ver a Levi.

-Ni se te ocurra- le advirtió Mikasa.

-Vamos, no seas egoísta, es lo único decente en toda la nación.

-Dije que no.

-Oblígame

Levi prefirió no meterse, era el más fuerte pero sabía que en una pelea de chicas, era mejor no intervenir.

Nuestra Ultima EsperanzaWhere stories live. Discover now