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Su corazón estaba acelerado, su respiración entrecortada, realmente estaba muy emocionado, no quería compararlo con la sensación de jugar volleyball...sólo porque esto era mucho mejor...

Hace tiempo, Kageyama se había empezado a sentir atraído al número 12 de su equipo. Sin darse cuenta, poco a poco su corazón se aceleraba cuando estaba cerca de él, cuando escuchaba su cálida voz, se sonrojaba cuando veía su tierna sonrisa, se enamoraba cada vez más de Yamaguchi cuando él pronunciaba su nombre...
Después de meditarlo durante bastante tiempo, llegó a la conclusión de que debía confesarse, si sus sentimientos eran recíprocos podrían llegar a ser novios, si no, al menos lo habría intentado. Por suerte, los dioses del volleyball se apiadaron de Tobio, y Yamaguchi le confesó que él también se sentía atraído hacia él.


Después de esto, naturalmente comenzaron a salir, empezaron a entrelazar sus dedos torpemente después de las prácticas de la escuela y llegar hasta la esquina en dónde tenían que separarse para llegar a sus respectivas casas. Así habían sido sus primeros meses de la relación: algunas miradas en los entrenamientos, desayunar juntos en la escuela y algunos pequeños roces que hacían sonrojar al pelinegro.


Pero un día, Yamaguchi invitó a Kageyama a su casa en fin de semana, eso no era nada nuevo, Tobio había ido a la casa del pecoso muchas veces antes, conocía bien a sus padres y de echo para sorpresa de todos se llevaba bastante bien con ellos. Por eso no le asombró cuando lo invitó a su casa para pasarse el fin de semana allí, sin embargo, Tadashi le específico a su novio que sus padres no iban a estar en casa aquel fin.

Por supuesto, Kageyama no había entendido la indirecta. Pero desde que habían empezado a salir, Yamaguchi había notado que Tobio era o muy conservador o muy tonto para entender ese tipo de cosas. Se habían besado anteriormente pero apenas si rozaban sus labios, el pelinegro se ponía muy nervioso y casi parecía evasivo, para el pecoso quien tenía más experiencia eso le parecía divertido, sin embargo se notaba que el pelinegro se esmeraba en aquellos besos y roces.
Por lo tanto, Yamaguchi tendría la misión de enseñarle todo lo que él sabía a su novio. Ese fin de semana, era la fecha para hacerlo.


Kageyama llegó puntual al hogar del pecoso con una pequeña maleta para un solo cambio de ropa. Tadashi lo recibió e inmediatamente le ofreció la cena. Todo era muy tranquilo y cálido, hasta que el peliverde preparo el baño.
Lo que realmente quería Yamaguchi es que inmediatamente en la ducha se tomarán y que Tobio le diera todo por detrás mientras el gemía su nombre intensamente...pero claro, hablábamos de Kageyama Tobio, había sido una suerte que se diera cuenta de que estaba enamorado del número 12. Tobio era nuevo en esto y por supuesto que Tadashi no lo iba a presionar para hacer algo que el pelinegro no quisiera.
Así que su plan era el siguiente: después de bañarse por separado, Tadashi se encargaría de crear el ambiente, si Tobio se dejaba llevar entonces tendrían sexo, si no, no iba a pasar nada más que desvelarse viendo alguna película o partidos grabados de volleyball.
Era un buen plan, Yamaguchi realmente estaba emocionado así que procedió a bañarse y después dejo la ducha lista para que entrara su novio...

Kageyama era lento para ciertas cosas, claro, pero no era un tonto...bueno no mucho...al menos no para entender lo que estaba pasando en ese momento. Su novio pecoso encima de la cama semi desnudo y con las luces apagadas, pero con la tenue luz de la luna iluminándolo...no había nada más que entender.
Tobio se acercó un poco confundido, pero muy caliente y mojado por la ducha.
—Tadashi que...—susurro el pelinegro mientras se acercaba a la cama.
—Shhh...Vamos a hacer esto hasta donde quieras...si no quieres hacer esto puedes detenerme, Tobio —dijo el pecoso interrumpiendo posando su dedo índice en su boca y mirándolo con deseo.
Kageyama no dijo más y beso intensamente al pecoso.
—Los labios de Tobio son muy cálidos, pero ahora quiero tu lengua —musitó Yamaguchi mientras abría la boca del pelinegro e introducía lentamente su lengua.
Un gemido grave salió de la boca de Kageyama, mientras seguía dejándose guiar por la lengua de Tadashi. Era húmedo y muy caliente, sus lenguas se consumaban en sensual y húmedo baile dentro de sus bocas, Tadashi se inclinaba cada vez más hacia Tobio mientras que sus brazos se posaron en sus hombros, y las manos de Kageyama tímidamente recorrían la espalda del pecoso. Lo único que podía entender Tobio en ese momento era que los labios y lengua de Yamaguchi eran muy suaves.

Primera vez (KageYama)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora