Me sorprendió esta decisión, ya que creí lo peor. Llame a la puerta, y me respondió la voz de mi padre.
- Pasa hija- Me dijo
Al entrar sentí un olor a te de incienso, el cual sé que mi padre no toma, y había unos humanos que no reconocí ya que nunca los vi por el pueblo. El que más me llamó la atención fue un hombre que estaba sentado enfrente de mi padre, tenía un traje azul marino oscuro con muchas medallas, una corona muy grande para su cabeza de color dorado, supongo que es de oro, con incrustaciones de los diamantes más raros del mundo, se notaba que era uno de los reyes más ricos. A sus lados había dos guardias muy altos, con trajes de guerra. Apena dejaron de hablar de algo que no llegue a escuchar, mi padre se dirigió a mí:
- Hija, ¿Por qué me haces hacer esto?
- Yo no hice nada, es tu maldita manía de querer mantenerme en donde vos crees que es bueno, yo no soy tu marioneta padre, merezco tener una vida la cual no gire a tu alrededor, no puedes controlar todo.
- Y vos no me podes hablar así niña insolente, soy tu padre y harás lo que digo. Y ahora por culpa de tus actos tú te casaras y ese lobo morirá, ya que su raza causo todo esto
- No, por favor no, nunca me quise casar, y él no merece la muerte por algo irrelevante que no tiene que ver con su vida- Dije casi llorando
- Hija no quería llegar a esto, pero con el rey Juan Carlos decidimos que te vas a casar con su hijo Noah, ya debes crecer de una vez y dejar esa actitud de niña chiquita. Este príncipe vino hace semanas a pedirme tu mano, le dije que no estabas lista para un compromiso de esta altura, pero ahora veo que estaba equivocado, su amor es tan inmenso hacia ti que no desistió del pedido hasta que no le dije que lo iba a pensar.
- Mejor nos calmamos, porque no me gustan las disputas y hablemos tranquilamente- Dijo el Rey, mientras que nos callamos y pare de llorar- Princesa, me dirijo hacia usted pidiendo que le dé una oportunidad a mi hijo, ya que él está perdidamente enamorado de usted, no le interesa casarse con ninguna otra princesa, y piense que también es una oportunidad para que nuestras dos razas se unan, y que los humanos les dejen de tener miedo.
- Hija, por favor acepta, tu sueño de niña era casarte con un príncipe y tener tu propio castillo
Sentía rabia por que mi padre no aceptaba que yo no quería casarme, y tampoco quería dejar que Natán se fuera libre
- Me casare con Noah- dije avergonzada sintiendo la mirada de Natán en mi- pero quiero a Natán fuera del pueblo, no quiero que esté aquí
- Como gustes hija
Pero en ese momento escuchamos un golpe, y al darme vuelta veo a Natán desmayado, intente despertarlo, pero no pude, escuche en su pecho y sentí su corazón latiendo
- Llévenselo- dijo mi padre
- Como ordene su señoría- respondieron
- ¿Dónde lo llevan?- Pregunte
- A las celdas, allí lo van a revisar y luego lo soltaremos lejos de aquí
- Bueno- Dijo el rey- Iré a buscar a mi hijo, quisiera que la boda aquí sea hoy y en una semana será en el reino, la verdad es que estoy orgulloso que él se case con otra raza, esto podrá aumentar las relaciones exteriores del reino, y mejorar nuestra economía, ya que podrán vender sus productos en nuestros pueblos
- Nuestras artesanías no se venden, cada cosa que se hace aquí no tiene valor comercial, sino valor sagrado y si lo tuviera tampoco se vendería, no necesitamos dinero alguno- dijo mi padre con tono resentido
- Bueno
El rey salió de la casa, sus guardias lo siguieron atrás. Al mirar a mi padre me di cuenta de que él no quería esto, le pesaba esta decisión.
- Padre, si no quieres esto tienes tiempo de cancelarlo y no me casare, reinare sin la influencia de Natán como tú quieres pero no hace falta que hagas esto por temor a que me pase algo y que nunca más vuelva a casa, ya hace rato deje de tener 10 años, ahora tengo 16, ya no soy tu princesita, la cual tienes que tener encerrada los días de luna llena por tu constante miedo a que los lobos me hagan algo, ya te demostré que con tranquilidad un problema se resuelve, ese lobo es mi amigo y no quisiera que le pase nada, si quieres nos dejamos de ver y hablar, pero no le hagas nada a él o a su manada por mi culpa- dije poniéndome a llorar de nuevo
En ese me vio con ojos pesados, a punto de ponerse a llorar con migo, pero en vez de eso me abrazo fuerte y me dijo:
- Hija, a pesar de que ya sos grande para poder gobernar vos sola, no quiero que lo hagas así por el hecho de que algunos piensan que está mal visto que una reina gobierne sin antes haberse casado, aparte, yo no quiero morirme como un viejo solitario...
- No estarás solo, me tendrás a mí, y al resto del pueblo
- Niña boba- Me dijo riéndose- Lo que te digo es que vos vas a estar muy ocupada con todo lo que tiene que ver con el pueblo, que quiero tener nietos, no me interesa que sean centauros o humanos, solamente que sean mis nietos, ya que solo te crie a vos, no tuve la oportunidad de poder tener más hijos y aparte a este viejo rezongón no creo que nadie más quiera aguantarlo- dijo y nos comenzamos a reír
En ese momento me acorde de los momentos en los que nos reíamos juntos cada vez que me contaba un cuento, como no se sabía ninguno inventaba, de esos invento salían cosas raras o se olvidaba la mitad y decía cualquier cosa, sonreí para mí misma.
Luego de un rato me acorde que le debía una explicación a Natán
- Padre podre ir a hablar por última vez con Natán?
- Bueno, pero luego ve a la casa de Taimir, su madre es modista y se ofreció hacerte el vestido de boda
- No podré utilizar uno de mis vestidos, son más cómodos y voy a poder caminar mejor
- hija, es tradición que en un casamiento se utilicen vestidos de boda, aparte por esta vez te dejare estar en tu forma humana, así estas a la altura de ese príncipe
Nos comenzamos a reír, me dio un abrazo y salí corriendo o mejor dicho galopando a las celdas, para poder hablar con Natán, explicarle lo que paso y decirle que se vaya, que no vuelva más, si lo llegaban a ver de nuevo por acá no irían a tener piedad con él.
Holis, que tal todo, bueno aca les dejo un nuevo capítulo, y en multimedia les dejo a Alai
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Mi amor Prohibido
FantasySe imaginan tener que casarse a la fuerza? Alai era una chica normal, bueno, normal en su mundo, hasta que un día la obligan a tomar matrimonio con un príncipe que no es de su misma raza.