Parte única.

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Yoriichi Tsugikuni era conocido por ser inexpresivo y callado la mayor parte del tiempo, y cuando hablaba, su tono era calmo y también, carente de emociones. No obstante, él era bueno en las finanzas, y nunca parecía equivocarse.

Y si llegaba a hacerlo, eran muy contadas las veces. Tanto, que dedos te sobrarían.

Sin embargo, Shun Rengoku descubrió que su superior, sí podía expresar algún tipo de sentimiento o emoción; a veces cuando hablaba de su hermano mayor, con cariño.

Pero sobre todo, cuando Uta Tsugikuni y su hijo, venían al trabajo a dejarle algún bento o cuando venían a verlo. Yoriichi sonreía suavemente al verlos, y Rengoku juraba ver un aura de flores a su alrededor; y bueno, Uta era una mujer muy efusiva, sonriente y encantadora. Resultaba ser todo lo contrario a Yoriichi, pero, se complementaban a la perfección.

- Usted parece amar mucho a su esposa, Yoriichi-san – comentó un día, luego de que por casualidad, Uta pasara por ahí con su hijo, saludándolo con su característica sonrisa y ánimo. Siendo él, Shun, nuevamente testigo del aura floral que rodeó a su superior.

Yoriichi lo miró en silencio, uno que se le hizo largo a Rengoku, hasta que finalmente habló –. Sí, amo a mi esposa, y al hijo que me dio... Son lo más preciado para mí, mi familia.

No había dudas ni mentiras en sus palabras, las palabras de Yoriichi siempre eran honestas y seguras. Lo que lo hizo sonreír.

- En definitiva, usted los ama.

Y Yoriichi, le sonrió –. Sí.

- No es por ser entrometido, Yoriichi-san. Pero, ¿Cómo fue que conoció a su esposa?

- Cuando escapé de casa – respondió con simpleza, casi inocencia. Shun lo miró estupefacto, Yoriichi sonrió levemente, sumergiéndose en sus memorias –. Ella estaba sola, y yo le dije que me quedaría con ella... Aunque luego tuve que regresar a casa, pero, la llevé conmigo. Mi madre la aceptó, y se quedó en casa hasta ese entonces.

Lo que Shun no supo, es que había accionado el gatillo. Donde Yoriichi comenzaría a hablarle de su esposa, casi todos los días.

Pero bueno, era el precio a pagar. Aunque mucho hablar de su esposa, le hacía desear una.

Vaya, Yoriichi no sería hablador, pero, con temas de su interés, como su esposa e hijo. No había quién lo parase.

-Traumada Taisho

Yo los amo.

Él ama demasiado a su esposa  [Yoriichi/Uta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora