¿En qué momento te conocí tanto?
Debes estar cansado de mis visitas, ¿no es así? Perdón. Simplemente no puedo salir de aquí, es un bucle infinito y sé que eres muy consciente de ello. Te ruego que me saques de aquí y que sueltes las ataduras, pero sé que toda la responsabilidad recae sobre mí, y que tú no eres nada más que una maldita personificación de mi miedo.