cuatro.

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Alison jugaba nerviosamente con su lápiz en el pequeño escritorio de su clase, escribía en el cuaderno amarillento que representaba su único cuaderno de apuntes para la clase de cálculo integral, su profesor les había mencionado que repasarían algún tema viejo que habían estudiado en la secundaria, por suerte, sólo se trataba de operaciones jerárquicas, por primera vez la suerte estaba de su lado.

Caminó por los abarrotados pasillos de la universidad tímidamente hasta llegar al estacionamiento para así montarse en su auto y tomar camino a su sombrío hogar.
Odiaba ese lugar con toda su alma, porque de alguna forma, donde se encontraban sus mejores días, también estaban sus miedos convertidos en una pesadilla.

Entró a la vacía casa con sus converse haciendo rechinar las viejas maderas del lugar.

Se dirigió hasta la antigua biblioteca que había en su casa ubicada en el tercer piso, la cual desde tiempos inmemorables era una de las habitaciones estrictamente prohibida por sus padres, un tiempo después de que murieron, ella y su hermano se habían dado cuenta que en la casa había una clase de libros... no muy bíblicos, eran tan antiguos que tenían que ser de los primeros propietarios de la casa.

Dispuesta a encontrar un poco de información sobre el juego de la ouija en los viejos libreros para su clase de metodología, tenía que organizar una exposición sobre el oscuro juego, no entendía porque decían que era sólo un juego, era más que obvio, comenzó a teclear en su laptop la información que encontró, era una lástima que donde viviera no pudieran tener acceso a internet.

"Interesante... si querías contactarte conmigo sólo podrías haberlo dicho." Alison sintió su sangre helarse, cerró la pantalla del portátil rápidamente, pero en el escritorio aún quedaba el viejo libro que hablaba de cosas algo... satánicas.

El desconocido(que ya era algo más familiar para Alison que su propio hermano) comenzó a reír, pero no de cualquier cosa, era de la inocencia de la chica de quién hablábamos, Alison por su parte, se limito a cerrar sus ojos, como siempre lo había hecho.

"Vamos, no te haré daño..." Alison abrió los ojos, sólo para encontrarse al rizado sonriendo sombríamente. "O sí...".

Pánico, miedo, terror y horror era todo lo que la chica podía pensar, pero por supuesto que no lo haría saber en voz alta, porque las únicas palabras que había intercambiado con el ser desconocido habían sido en el bosque, ni siquiera ella misma estaba segura de que éstas fueron por voluntad propia, pero de algo había estado segura, era de la voluntad de alguien, pero no de la suya.

Se limitó a ver el juego que sostenía el rizado, la ouija se encontraba entre sus manos, probablemente uno de los muchos objetos que había alrededor de la casa escondidos, y fue entonces cuando las historias que contaba su abuela tenía sentido.

Dios nunca había estado en su familia, por cosas que habían hecho sus antepasados, y por más loco que le pareciera las cosas que la abuela les contaba de niños, hoy cobraban sentido, las piezas encajaron todas, junto con las locuras que la abuela contaba.

"Vamos, tú lo has jugado antes, no te hagas la inocente..." Las palabras se quedaron en el aire esperando a ser tomadas por alguien, Alison no recordaba nada al respecto sobre el satánico juego, pero incluso recabando en sus memorias no encontraba nada que le relacionase con el juego.

"Sé que recuerdas a Michelle, ella te obligó a jugarlo con colores." Los recuerdos la golpearon duramente, todos de una sola vez, y resultó tan aterrador que Alison contuvo las ganas de gritar o llorar, ambos en éste caso.

13 de Diciembre de 1995.

Alison miró a Michelle desde su columpio, ella estaba en el otro, de color rojo, le sonrió a su mejor amiga, la pequeña niña con dos coletas, vestido blanco, pálida piel y esos ojos color verde, a Alison le habían enseñado los colores en la escuela, y su favorito era el rojo.

"Michelle ¿serás mi mejor amiga por siempre?" Ella le sonrió escalofriantemente a la pequeña e inocente Alison, ella no sabía ver la maldad de las personas, aún era muy pequeña, así que sólo le sonrió de vuelta.

"Por supuesto, Ali, pero podemos averiguarlo de una mejor forma..." Alison miró curiosamente a su amiga.

"¿Hay alguna forma?" Preguntó Alison.

Su amiga asintió y sacó seis crayones de la pequeña bolsa de su blanco vestido.

"Es sólo un juego, Ali, tienes que sostener los tres colores con tus dos manos y juntarlos con los míos, es fácil, sólo tenemos que hacer preguntas." Michelle tenía esa sonrisa diabólica en su cara, y la pequeña Alison estaba muy emocionada por jugar, amaba los juegos y su mejor amiga lo sabía. "Hagámoslo." Ambas niñas juntaron los colores. "¿Podemos jugar?" Preguntó Michelle, los colores se cruzaron rápidamente formando una x de los extremos contrarios al que las niñas sostenían, Alison, impresionada, ahogó un jadeo, aunque pensó que su amiga los estaba moviendo, la realidad era una muy diferente. "Dijo, que sí, ahora haz una pregunta, Ali." La pequeña niña se detuvo a pensar,

"¿Mi familia y yo estaremos siempre juntos?" Michelle se molestó un poco, pero los colores sólo se movieron de un lado.

"Ellos dicen que no." Ali se decepcionó un poco, e incluso le dieron ganas de llorar.

"¿Ali y yo estaremos juntos hasta la muerte?" Michelle sabía la respuesta, pero no la admitiría frente la dulce Alison. Los colores rápidamente se movieron sólo de un lado. Alison miró sorprendida a su amiga, eso significaba un no.

"Es sólo un juego, tal vez se equivocó." Michelle sabía que la respuesta del satánico juego siempre sería no.

Alison sintió un escalofrío recorrerla, y en el momento que comenzó a escuchar voces en su cabeza, quería soltar los colores.

"Ya no quiero jugar Michelle." Lloriqueó Alison. La expresión de la otra niña cambió, se había molestado con ella.

"Pregúntale si te deja salir del juego." La otra niña asintió indecisa.

"¿Puedo dejar de jugar?" Los colores sólo se movieron de un lado, significando un claro 'no'.

"¡Pequeña ven a cenar!"Alison soltó rápidamente los colores cuando escuchó a su madre llamarla desde la entrada de su casa.

"Me tengo que ir, Michelle." No esperó la respuesta de su amiga, sólo corrió hasta su madre.

"¿Hablando sola de nuevo? Ali, te he dicho que no lo hagas, es extraño y asusta.".

***

La voz ronca rió, el chico de ojos verdes la miró burlonamente antes de hablar. "¿Recordando viejos tiempos? es interesante como jugabas la ouija de niños ¿Verdad?"

Alison cerró los ojos duramente, por supuesto que había jugado ese juego millones de veces, pero no recordaba nada.

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editado según yo, jéx2134567

es probable que queden errores pero ya no son horrores lol

holi michelle x4

James DeanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora