36🍵

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YoonGi llegaba a su trabajo.
BoRa le miró sorprendida y un poco enternecida.
Ver al Director de Diseño y Marketing, llegar con un bolso en vez de su maletín habitual, y un pequeño dormido en sus brazos, era una escena muy linda y tierna.

- El pequeño Tae...- dijo acercandose y mirar al bebé dormido. Era una ternura, la mujer estaba encantada con el bebé Min.

- ¿Ya está todo listo?- preguntó YoonGi dejando en el mueble de la recepción, el bolso que llevaba con las cosas de TaeHyung.

- Así es, Director Min- BoRa volvió a su puesto y tomó la carpeta- La silla que pidió y el corral están en su oficina, HyoSun se encargó de arreglarlo de modo que ya esta acomodado para que su hijo pueda dormir tranquilo...

- Muchas gracias- le dijo con un pequeño asentimiento y se dirigió al elevador.
Llegó hasta su piso correspondiente y fue hasta su oficina. Abrió y en eso su bebé despertó. Fregaba sus ojitos y se removía entre los brazos de su papá.
El peligris sonrió y dejó el bolso en su escritorio.
Desenvolvió a Tae del rollo de mantas que era. Aunque el clima no estaba muy frío, JiMin lo había envuelto en una manta abrigadora, no queriendo que enfermara por alguna razón.

- Oh... TaeTae...- le dice el peligris con una sonrisa- ¿Quieres comer o seguirás durmiendo?- su hijo le mira con ojitos adormecidos y una pequeña sonrisa de bebé.- Papá Minnie vendrá dentro de poco...

TaeHyung ya contaba con cinco meses de edad, era un bebé risueño y muy lindo. Se habían acostumbrado a verlo moverse con la música, a su risita suavecita y bajita, y a los ruiditos que hacía al intentar hablar con ellos. A sus pequeños sustos, cuando Tae estaba enrollado en las mantas de su cuna, JiMin se preocupó tanto, pues el pequeño estaba atrapado entre sus propias sábanas y eso no estaba bien. Podía lastimar su pequeño cuerpecito. Por eso JiMin se levantaba por las noches para asegurar que su bebé estuviera bien y en muchas ocasiones lo llevaba con ellos.

TaeHyung miraba a su papá y se acomodó sobre su pecho, seguiría durmiendo. Su papá le daría besos en sus mejillas y le cantaría algunas canciones o quizás le hablaría de todas las cosas extrañas que hay en su alrededor. Sabían que no estaban en casa, pero eso no era importante, su papá lo cuidaba... esperaría a su otro papá, para que le diera comidita...

- Creo que seguirás durmiendo...- susurró y se sentó en su silla. Bajó el bolso que tenía en su escritorio, y lo dejó a su lado.

Sonrió al ver a su hijo dormir. Le recordaba a JiMin. Aunque JiMin siempre decía que TaeHyung se parecía él, YoonGi lo miraba en cada gesto de su bebé. En la forma risueña de ser, en su risita, en su forma de cerrar sus ojitos. Si bien esos labios eran parte de su herencia, la sonrisa era identica a la de JiMin.

Ese día, TaeHyung acompañaba a sus padres al trabajo. JiMin no podía seguir ausentandose y él volvía a su ritmo de ir y venir a cada momento. Si bien su novio, tan atento y responsable como siempre, le recordaba cada cita o reunión por medio de llamada o mensaje, su licencia por el embarazo había terminado.

YoonGi hubiera preferido que JiMin descansara hasta que Tae, tuviera un año de edad, pero JiMin se negó y fue en una noche, luego de hacer dormir a su amado hijo, que su pelinegro le preguntó si habría algun problema con llevar a TaeHyung al trabajo. El peligris estaba sorprendido, no había visualizado esa posibilidad de esa manera, además estaría con las personas que amaba. Confirmaba que JiMin era maravilloso.

Platicaron sobre las cosas que podrían necesitar y cómo podrían organizarse y tener una rutina con Tae. YoonGi habló con JungKook. Ambos eran dueños y podían cambiar un poco el reglamento de la compañía. JungKook al principio lo pensó un poco, pero accedió, después de todo, nadie le prohibiría ir por ese pequeño bebé de vez en cuando y apartarlo de los exagerados y sobreprotectores padres que tenía.

Así fue como ese era su primer día junto a TaeHyung en el trabajo.

- ¿Yoon?- esa voz que ama, se escuchó dentro de su oficina. Levantó la vista y miró a JiMin, quien venía entrando con una sonrisa solo para dirigirse hasta él y besar su mejilla. Tomar al pequeño en brazos y dejarlo en la sillita, que estaba lista, se encontraba junto al sofá, y tanto JiMin como YoonGi tenían a la vista a su hijo.

Ambos sabían que TaeHyung era un bebé tranquilo. A sus cinco meses, no molestaba y prefería dormir, aunque cuando estaba irritado o asustado su llanto era preocupante para los mayores. Quienes lo arrullaban y secaban sus mejillas húmedas por su llanto.

YoonGi solo miraba a su hijo y a su pareja, hasta que JiMin se levantó.

- Tienes una reunión para el almuerzo- el pelinegro se acercó a YoonGi, rodeando el escritorio del mayor, tocando su hombro para hacerle reaccionar.

- Lo siento... no puedo evitar mirarlo...- YoonGi le dijo sonriendo apenado. Se levantó sabiendo que faltaba poco para que TaeHyung despertara y comiera.

- Esta bien, pero de ser así no podremos trabajar y tú tienes muchas reuniones- JiMin acarició su mejilla y besó sus labios. Se acercó hasta su bebé, quien comenzaba a despertar.

Extendía sus manitas y JiMin lo sacó de la sillita, donde estaba acostado. Lo acercó a su pecho y acomodó sus cabellos, que a pesar de ser castaño claros cuando nació se habían vuelto mas oscuros.

- Ten...- YoonGi le acercó una manta para que su novio cubriera su pecho descubierto, para evitar que alguno de los chicos que trabajaban en su equipo o alguien de la empresa, viera a su novio de manera tan íntima.
JiMin le agradeció y se colocó la manta cubriendo tanto su pecho como la cabecita de su bebé.

TaeHyung jugaba con el borde la manta que estaba sobre él, jaloneandola un poco, y moviendo sus piernitas. YoonGi les miraba desde su escritorio, luego fijó su vista en la pantalla de su computadora, revisando los diseños que debía entregar dentro de dos días.

JiMin miraba a su bebé comer, sonriendole y hablandole de todo lo que estaba a su alrededor.

Cuando YoonGi levantó la mirada, y los observó juntos, JiMin ya tenía a TaeHyung parado en su regazo, el bebé se movía y reía bajito mientras JiMin lo sostenía con ambas manos.
YoonGi supo, en ese momento, que deseaba verlo en su hogar todo el tiempo, que no quería perder esa calidez que le llenaba al verlo sonreír...

EspososDonde viven las historias. Descúbrelo ahora