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Apenas Minho llegó con Jeongin y Hyunjin, se sintió desganado al no ver a Jisung con ellos.

Él sabía que debía verlo ahí, Han lo había citado esa mañana para darle una sorpresa y se le hacía muy extraño no verlo ahí después de todo, y aún más confundido se encontraba al mirar los rostros preocupados de los otros dos chicos.

Igualmente, sacó su celular y comenzó a escribir en sus notas, dispuesto a buscar respuestas a la extraña situación.

Tecleo rápidamente una corta frase, con la pregunta que más le importaba.

¿Donde está Daewhi?

Los chicos leyeron eso y sus rostros mostraron inquietud, si bien Minho no lo sabía —y tampoco debía saberlo aún, y menos de sus bocas— se veían con miedo, al tener que enfrentarlo.

Ellos sabían que no era su culpa el hecho de que Jisung se hubiera enamorado de él, Minho estaba siendo igual que siempre, aunque se comportara diferente con Jisung, más cariñoso, más atento, eso no debería significar que él sentía algo recíproco por Jisung. Era entendible su comportamiento, dado el hecho de que él y Jisung eran amigos de infancia, tenían más confianza, ¿o no?

Aún así, se vieron con la necesidad de responderle lo más sinceros que podrían haber sido, eso sí, con cuidado de sus palabras y teniendo en cuenta que no debían soltar nada más de la cuenta.

—Jisung fue a su casa, él no se encontraba bien. Vio algo que no le agradó y decidió marcharse. —habló Jeongin, lo más suave que pudo.

—Preferiría que no fueras a visitarlo, necesita estar a solas. Será mejor que intentes hablar mañana con él — dijo Hyunjin, esperando que su mayor pudiera entenderlo y lo dejara pasar.

Minho asintió, les sonrió, una sonrisa de boca cerrada y se despidió de ellos, intentando no preocuparse de más por su amigo.

[✨]

—¿Qué pasa bebé? — preguntó la señora Han apenas vio a su hijo entrar hecho un mar de lágrimas, hipando y agitado.

—¿Po-por qué tenía que enamorarme, mamá? —preguntó, hincandose en el suelo y recostando su cabeza en las piernas de su madre, mientras ella le acariciaba los cabellos en un acto confortable.

—No podré darte un consejo si no conozco los hechos, cariño — dijo la mujer, mirando a su hijo, quien no paraba de soltar lágrimas.

Le dolía, le molestaba y le angustiaba ver a su hijo de esa forma, ¿quién sería capaz de lastimar a su hijo? a un ser tan puro, de esa manera.

Después de unos minutos, en los que Jisung logró reponerse, secó sus lágrimas y tomó una respiración profunda, cerrando los ojos y buscando las palabras correctas para decirle; confesarle todo a su madre.

—Tú...tú sabes que nunca he tenido una novia y...

—Corazón, sé perfectamente cuáles son tus preferencias últimamente, no hay problema, papá y yo te apoyamos en todo y lo sabes. —respondió la mujer, acariciando de nuevo los cabellos del pelinegro.

—B-bueno, yo... hace un mes y medio hice una apuesta con los chicos, ellos me retaron a ser amigo de Minho, ellos en ese momento ya sabían que yo tenía cierto interés por él, gracias a eso pude saber que él era Lee Minho, el mismo niño que vivió al lado de nuestra casa, la apuesta consistía en no enamorarme en el proceso de nuestra amistad, y acepté... — Jisung pausó el relato y suspiro — después de eso, nos volvimos amigos de nuevo, pasamos mucho tiempo juntos y... se dio esto. — el menor se acomodó en su lugar y miró a su madre — Nuestro amigo Chris sabe el lenguaje de señas, le pedí que me enseñará y al fin lo comprendí, no lo ejecuto perfectamente pero sé muchas cosas. Hoy se cumplen nueve años desde que nos conocimos, no estuvimos todos los años juntos pero pensé que sería lindo hacerle algún regalo, no esperaba nada a cambio, sólo con estar con él por hoy era suficiente...

Jisung se quedó completamente callado, reuniendo todas sus fuerzas para poder decir lo próximo sin soltar en llanto como una chiquilla caprichosa porque le robaron su muñeca favorita.

—¿Pero...? — cuestionó la señora Han, ya un poco ansiosa por tanto misterio y rodeos.

—Pero hoy que lo esperé en el lugar donde lo cité, él salió de la universidad y una chica muy linda lo acorraló y le dio una carta, él se veía muy... ni siquiera lo sé — pronto sus ojitos brillaron —, ella le dio un beso en la mejilla y el se sonrojó, eso quiere decir que ella le gusta, ¿ci-cierto? y, y que n-no ten-ngo ninguna op-oportunidad con él. — preguntó, rompiéndose de nuevo frente a su madre.

—Bebé, eso no quiere decir absolutamente nada, ella sólo se declaró, ¿acaso viste que él le correspondió?

—N-no pero, y-yo soy hombre y, y él también lo es, ni siquiera se s-si le gustan los chicos —balbuceo el menor, secando las lágrimas que rápidamente eran reemplazadas por otras.

—No lo sabrás hasta preguntarle.

Jisung asintió, sintiéndose aún confundido por toda la situación, y unos minutos después, entre caricias de su madre quedó completamente dormido.

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𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐭𝐢𝐮𝐦 ༄ 𝐌𝐢𝐧𝐬𝐮𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora