Él se enamoró de la belleza de su alma.

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Declaimer: Los personajes de Naruto NO son míos, pertenecen a Kshimoto, yo sólo los uso para crear esta historia, sin fines de lucro, con el único objetivo de hacer pasar un buen momento al lector.

Capítulo único.

Nadie puede resistirse a las flechas de Eros. 

Ni él mismo lo conseguiría. 

Después de todo, los dioses también se enamoran.

.

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—Eres un idiota, ¿Qué te hace pensar que una mujer como yo sé fijaría en alguien cómo tú?

Eros sintió cierto odio por aquella mujer, tener una mejor clase social no le daba el derecho de humillar a quien con tanto esfuerzo, reunió valor para confesarle sus sentimientos. Él había lanzado su flecha al hombre que se desarrollaba como profesor de Sicilia, no pensó que lo condenaba a una mujer que en apariencia podría ser linda, aunque por dentro era toda una bruja. Indignado por el trato tan cruel que le hacía pasar al profesor, Eros retiró el arco que cargaba en la espalda y apuntó con su flecha a la mujer.

—Pero, Ino...

Y llegó. 

La flecha impactó su cuerpo, cambiando esos ojos molestos por unos llenos de cariño.

—Obvio no te aceptaré, Lee. Primero me debes obsequiar una flor— la rubia se acercó tanto al pelinegro, que hizo estremecer su cuerpo. 

—Las flores que quieras, mi bella dama— ambos se fueron de la mano, sonriendo como si se trataran de dos personas que descubrieron un tesoro. Probablemente sí lo hicieron. 

Eros no ocultó su gran sonrisa. Le encantaban esos finales.

Se mantuvo oculto entre los callejones por un tiempo más, observando a todo aquel que, en su opinión, necesitaba un poco de amor. Logró que la mujer que algunos señalaban por tener sobrepeso, conquistara al hijo del dueño de un banco. También que el chico que llevaba meses soñando con su compañera de clases, consiguiera su atención. Los humanos eran impredecibles, y a él en ocasiones le gustaba jugar con la diversidad de parejas que podía formar. Incluso podría hacer que un mortal se enamorara de un árbol, o que un dios de perdiera en los encantos de alguien ajeno al Olimpo. 

Estaba a punto de abrir sus alas para emprender un vuelo de regreso a casa, cuando una gran fila de hombres llamó su atención. Todos parecían desesperados, algunos intentando colarse en la fila y otros más buscando obsequios en las tiendas cercanas. Los presentes eran sencillos, pero en su mayoría ostentosos, desde flores a postres y joyas. Una gran cantidad de hombres se reunían a los alrededores de la calle por un motivo que desconocía. ¿Se olvidó de una celebración importante?

Como la curiosidad era más fuerte que su deseo por reunirse con su madre, Eros se colocó su máscara y salió de su escondite, al primer hombre al que miró, fue a quien decidió preguntarle. 

—Disculpe, espero no molestar, pero me preguntaba...— el castaño de extrañas marcas rojas en las mejillas no le miraba, pero movía su mano para indicarle que podía seguir hablando —¿Por qué se están reuniendo todos?— el chico dejó de buscar entre la multitud a la persona que volvía loco a todo el pueblo con su increíble belleza.

—¿Estás de broma?— los ojos de Eros demostraban que realmente desconocía el motivo de la reunión de tantas personas, Kiba debió explicarle la situación rápidamente —El día de hoy, la princesa Psique pasará a recoger personalmente un vestido para la ceremonia de cumpleaños de su padre, el rey. Es por ese motivo que podremos verla pasar en su carroza por esta avenida, todos deseamos apreciar su belleza y entregarle un obsequio— terminó su discurso, confundiendo más al pobre peliplata.

Eros. Naruto Fanfic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora