Mi nombre es Vera. Para que os hagáis una ligera idea soy una chica alta, de pelo castaño, largo y liso. Con ojos marrones y un poco alocada. Mi historia comenzó hace cinco años. Cuando era una quinceañera que estudiaba cuarto de la E.S.O. Después de un verano de mucho relax y sinceramente sin ningún chico que rondara en mi cabeza, comenzó septiembre y consigo el odioso instituto. Que dejó de ser tan odioso cuando iba por el pasillo dirección al salón de actos para ver la presentación del curso y un chico chocó conmigo. Era de un aspecto bastante normal: era delgado, aproximadamente media cabeza más alto que yo, de pelo oscuro, un poco despeinado y ojos color miel. De la manera que se disculpó tartamudeando me hizo tal gracia que me cayó bastante bien. Y a pesar del empujón que me dio, decidí decirle tras una carcajada: "Eh, que no pasa nada, ¿vale?"- Él se quedó mirándome, y después de sonreír se fue. Justamente cuando iba a entrar al salón de actos, me llamó la atención y me dijo: "Perdona, no me has dicho como te llamas." -Le hice una señal con el dedo preguntándole si era a mi a la que se dirigía y él asintió. A lo que le dije: "Soy Vera, y no debería enredarme más. Me daría mucha vergüenza entrar y que ya hubiese empezado la charla."- Él se acercó y me agarró el brazo diciendo: "Solo quiero conocerte. Espera un momento"- Aunque me encantaba la sensación del roce de su mano con mi brazo, me hice la difícil y se lo aparté añadiendo: "He dicho que debo irme" -Y sonreí mientras caminé despacio dejándole atrás. Él se quedó en el sitio,y dándose la vuelta me dijo: "Ya hablaremos, eh. Yo soy Mikel, te lo digo aunque no te interese."- Me hice la tonta aunque en realidad sí que le había escuchado y entré sonriendo al salón de actos.
De increíble manera los 90 minutos que duró la charla, estuve sonriendo. Y ya os haréis una idea de quién estaba produciendo esa sonrisa... Sí, era él. Era Mikel. Recordaba una y otra vez el brillo de sus ojos. La sensación del roce de su mano con mi brazo. Y me preguntaba cuándo le volvería a ver.
Lucía, era mi mejor amiga. Era morena, de ojos preciosos. Tenían un color verde intenso. Era un poco más baja que yo. Tenía un cuerpazo, y era guapísima. Cuando salimos de la presentación ella me hablaba y me hablaba. Yo la oía... Pero no la escuchaba. Ella parecía no darse cuenta, hasta que se quedó mirándome y me preguntó que si la estaba escuchando. "No... lo siento, en serio. No se qué me pasa. Estoy en otro mundo."- Le dije. "No importa, pero a partir de ahora escúchame, eh."- Me respondió. "Claro, venga, empieza de nuevo."-Ahora sí que la iba a escuchar. Ella suspiró con una sonrisa y me dijo:"Ay, Verita. No sabes lo que me ha pasado. He conocido a un chico antes guapísimo. Ya era hora de fijarme en alguien. Creo que yo también le he gustado. ¡Por fin! Hacía siglos que estaba a dos velas..." Sonreí y le dije:"Jo, tía. Yo también tengo algo para contarte, he conocido a alguien también. Y creo que ha habido algo... Él quiere conocerme."- Ella se paró y con una sonrisa me dijo: "¡Bieeeeen! El amor llegó a nosotras" Me reí con ella y le respondí: "Sí, ¡menos mal! Dime, ¿cómo se llama el afortunado?"- Esos ojos verdes oscuros comenzaron a brillar y le entró la risa tonta. Reímos juntas. Dijo: "No me lo ha dicho, pero he averiguado. Ya sabes cómo soy..."- Eso era cierto, mi amiga siempre descubría todo cuando se lo proponía.- "Pero dime, dime. ¿Cómo se llama?"- Se acercó a mi oído y me susurró: "Mikel, se llama Mikel."- En ese instante fue como si las piernas no me respondieran, me dio un bajón increíble. Era el mismo chico con el que me había chocado. Estaba segura... Y aunque solo tenía ganas de llorar, sonreí como pude y le dije: "Me alegro muchísimo."- Ella me dijo: "¿Y tú qué? ¿Quién es él?"- A lo que le contesté: "Eh... no sé. No me lo dijo... Tampoco es que me atrajera tanto. Da igual..."- Odiaba mentir a mi amiga. Me sentí fatal. Pero tuve un poco de empatía y me puse en su lugar. Hacía tiempo que Lucía no salía con nadie. Y ahora yo no le iba a destruír todo. Eso era lo mejor.