Al ver que el perro se iba, decidieron seguirlo, aunque ya estaban muy lejos de la casa y se sentían cada vez mas atemorizados. Corriendo para que el perro no se desaparezca nuevamente, lo encontraron frente a un pequeño montículo. Poco a poco se fueron acercando, alertas por si el perro quisiera atacarlos, pero este se quedó quieto y además se echó.
Cuando ya estaban casi tocando al perro, este comenzó como a escarbar y a gemir. Y entonces se resolvió el misterio. Era una perrita y sus hijitos habían caído entre las raíces de un árbol y no podían salir ni ella sacarlos.
Los niños sacaron a los cachorritos y se los entregaron a su madre. Ella los alimentó un buen rato. Los pobres estaban famélicos. Después de alimentar a los pequeños, los niños los tomaron y se fueron todos a casa.
Dejaron a la perrita y sus crías en un cuartucho y se fueron a dormir.
Ya no tenían miedo. Y estaban satisfechos y felices. Ahora a dormir.
Eso es todo por esta vez.