Letras a ella - Austin Mahone

Epilogo

– El número al que usted llama se encuentra apagado o fuera del área de servicio – Anunció la voz robótica –. Por favor, deje un mensaje después del tono.
– Recuerdo que me dejaste un mensaje de voz hace unos meses… – Comenzó a hablar Austin –. Creo que nunca me había emocionado tanto… Bueno, ahora yo te dejo un mensaje a vos. No sé por qué lo hago, pero lo necesito. Necesito decirte Adiós. Sea donde sea que estés, te deseo
lo mejor.
A lo largo de la vida he conocido gente que me ha admirado, que me ha querido, que me ha odiado, que me ha hecho sentir bien, y otras muy mal, pero jamás en la vida conocí a alguien como vos. Ni tampoco creo conocer. Porque sos única, con tus locuras y tus fanfictions pervertidos, haciéndote burla de mi apellido. Nadie me hace cumplir promesas, ni se enoja conmigo tanto como vos lo hacías. Nadie podrá nunca llenar este vacío… pero es lógico, ¿No? Nadie puede reemplazar a nadie y mucho menos nadie es más que otro… Las personas somos exactamente eso,
personas que necesitan una Araceli en su vida para alegrarse y tal vez para enamorarse.
No te perdono porque no tengo nada que perdonarte, entendí que vos no elegiste morir. Estabas enferma y aún así me buscaste y me acosaste… recuerdo que la vez que casi voy a tu ciudad, te pusiste muy alegre. Me hubiera encantado haber podido ir… pero no pude. Lo siento.
Ahora ya podes estar en paz Araceli, no te escribiré más nada, te dejaré descansar… a partir de ahora sos una estrella que brilla en el firmamento, llena de vida.
Y te agradezco por todo, por nuestro pequeño infinito, por nuestro pequeño tiempo en el que nos conocimos y llenaste mi vida de vida.
Te quiero Araceli,
Tú me enseñaste que las promesas no se rompen.
Por eso, jamás te olvidaré.

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