Bajo las estrellas 💫💜💫

202 14 0
                                    


La noche era hermosa. El cielo completamemte despejado e iluminado por aquellas deslumbrantes estrellas que brillaban al momento en el que el sol se escondía.

La brisa era suave, rozando delicadamente la pálida piel del pelinegro.

Desde que derrotaron a Honerva y que cada quien tomó la decisión de tomar caminos diferentes Keith comenzó a sentirse solo de nuevo.

Su madre seguía ocupada ayudando a Kolivan con la Espada de Marmora y Shiro se había mudado con Curtis para vivir una buena vida de recién casados.

Hunk y Pidge ocupados en sus asuntos. Él ya había ayudado al resto de la humanidad a re-adaptarse, todo había vuelto a la normalidad. Y estaba solo... de nuevo.

—¿Admiras el cielo? —la conocida y dulce voz de Lance llegó a los oídos del azabache. Quizá no estaba completamente solo.

Desde que su futuro parecía incierto y su cabeza le daba vueltas y vueltas al asunto, Lance lo invitó a quedarse en la granja hasta que decididera su siguiente dirección, por lo cual Keith estaba atascado en la Tierra junto con Lance.

—Es interesante. —contestó Keith. Estaba sentado en el pastizaje verdoso, con las piernas cruzadas mientras se apoyaba en las palmas de sus manos por detrás de su espalda.

Lance sonrió levemente y tomó asiento a un lado del azabache.

—Dudo mucho que haya algún lugar que no hayamos visitado ya. —agregó el latino. Keith suspiró sin despegar su mirada de las estrellas.

—¿Algún día volveremos? —cuestionó Keith, ignorando por completo el comentario supiestamente hilarante de Lance.

—¿Volver? ¿A dónde?

—A casa... —masculló el azabache. Lance miró con detenimiento las facciones tristes del mestizo. Si bien Lance estaba en casa, Keith no tenía nada en la Tierra, nada que lo atara.

—Pero Keith, estamos en casa.

—No se siente. —murmuró Keith, sin embargo, debido al silencio de la noche Lance escuchó a la perfección las palabras del oji violeta. —Todos estamos separados, y yo... ni siquiera sé que hacer con mi vida ahora. Soy un completo desastre. Y estoy solo de nuevo.

Lance frunció el ceño levemente y volvió su mirada al cielo. Lentamente se recostó so re el hombro del azabache.

—No eres un desastre. Y me tienes a mí, si te sirve de consuelo. —replicó el moreno de sonrisa encantadora. Keith finalmente apartó su mirada de las estrellas simplemente para admirar el bello rostro de Lance.—Todos encontramos nuestros caminos, los cuales resultaron ser diferentes, pero eso no significa que estemos solos.

Lance levantó su cabeza para observar los ojos hipnotizantes del mayor.

—Además, siempre... siempre tendrás un lugar aquí. Conmigo. Nunca te atrevas a dudarlo. —añadió el castaño. Keith observó los ojos brillantes de Lance. Las estrellas se reflejaban en sus orbes azulados, convirtiendo los ojos del moreno en el cielo estrellado más hermoso que Keith jamás ha visto.

Casi como un instinto Keith se inclinó hacia el frente y Lance simplemente le siguió la corriente. Sus labios se encontraron en unos breves segundos, enviando una corriente eléctrica por su cuerpo completo, creando chispas, destellos y fuegos artificiales en su corazón.

—Puedes hacer de mí tu hogar... —propuso Lance de manera dulce, posando su mano sobre la mano pálida del azabache. Keith miró sus manos para después entrelazarlas.

Ahora conocía su lugar. No era en el espacio. No era con Shiro o com Krolia. Él pertenecía con Lance. Lance era su hogar.

—Estás en casa Kogane. —aclaró Lance con una sonrisa, pegando su frente con la de Keith.

—Estoy en casa McClain. —replicó el híbrido para volver a juntar sus labios con los del castaño, asegurándose de memorizar cada segundo que pasaba, la textura, el sabor. Tan solo para recordar que ese era su hogar.

Su hogar que comenzaría a dar frutos.

Klance One Shots Fluff y Smutt (Pedidos abiertos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora