Capítulo 8 "Corazón envenenado"

541 31 0
                                    

—No podré ir con ustedes. —Dije frunciendo el ceño.

—¿Pero por qué? -Cuestionó Jimin.

—Porque mi linda hermanita se le ocurrió pelear con un chico y tendrá que quedarse una hora más para ordenar las bodegas del gimnacio. -Explicó Hoon de forma burlesca.

—¿Song Minho? -Preguntó Hanhae algo serio y asentí. —Aigo~ -Se acercó a mí y me dio un cálido abrazo a lo que respondí.

—Le dices a appa que demoraré un poco para ir a verlo, ¿ne?

—No te preocupes, lo haré. -Dijo mi hermano sonriente.

—¡Lee Jaehee! -Alguien gritó a lo lejos. Dejé de abrazar a mi amigo para voltear y encontrarme con un Mino serio.

—Bueno... Tendré que quedarme... -Comenté. —¡Annyeong!

—Noona, espero que no te canses. -Dijo Jimin preocupado. Él tenía 16 años, el menor del grupo.

—Nos vemos en casa, Jae. -Dijo Hoon.

El instituto ya estaba vacío, sólo quedaban algunos maestros, auxiliares y unos inspectores.

—Vamos. -Dijo Mino. Lo ignoré y nos encaminamos al gimnacio. El rector Kang Daesung nos explicó todo lo que deberíamos hacer, Mino hablaba y yo sólo asentía.

—Bueno, los dejo trabajar. -Dijo el rector y se marchó.

Entramos a la gran bodega y para nuestra sorpresa se encontraba extremadamente desordenada.

—Aaaaaaish... -Susurré con disgusto.

—Mejor trabajemos. -Dijo Mino entrando y lo seguí.

Balones de todo tipo, cuerdas, ropas, colchonetas tiradas por todas partes, todo desordenado.

Comencé a jugar con un balón de fútbol dominándolo.

—Jaehee, hay que ordenar. -Dijo Mino tranquilamente.

—Mianhae...

Él se dedicó a ordenar los balones y yo las cuerdas y ropas tiradas como poleras y shots del instituto. Para alivianar el ambiente, Mino había comenzado a ser gracioso y nos reímos de cosas que encontrábamos como ropa que olía muy mal. Era un chico agradable pero aún no entendía su actitud. Mientras descansábamos, demoramos al menos 28 minutos, pero aún faltaba por ordenar.

—Nos faltan las colchonetas. -Dije apenas por el cansancio.

—Son demasiadas... -Dijo mirando al vacío. —Vamos.

Entre los dos tomábamos las colchonetas y comenzámos a montarlas una por una en varias columnas.

—Estoy cansaaadaa. -Dije tirándome en una colchoneta quedando estendida en ella.

—Sólo nos quedan seis, Jae. -Comentó Mino sonriendo de lado.

—Aigo... Tengo calor. -Me quité mi suéter quedándo sólo en aquella polera sin mangas.

—Jae... -Murmuró Mino. Me levanté de la colchoneta y estiré mis brazos hacia arriba por el cansancio. —Mianhaeyo... -Rápidamente me abrazó por la cintura apegándome más a él. Quedé inmóvil.

—Mi-Mino... ¿Qué haces? -Bajé mis brazos pero no lo abracé por estar sorpendida. Él no respondió, su rostro estaba entre mi hombro y mi cabeza, sólo escuchaba su respiración algo agitada. —¿Te sientes bien? Puedo contagiarte... -Él rió bajito y luego llevó su vista frente a la mía. —En serio... ¿Qué haces?

Gracias... (Winner Minho)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora