🍉✨Mark Lee 6 años✨🍉
🌻✨Haechan 5 años✨🌻—Mamá...
Habló el pequeño Lee tirando del delantal de su madre, a simple vista se le notaba un poco nervioso, tallando con insistencia sus manitas sobre el delantal de osito que le había cosido su madre.
—¿Crees... —hizo una pausa viendole con un puchero en aquella pequeña boquita llena de crema batida—. ¿Crees que le gusten?
Yoona bajó la mirada viéndole con duda, cambiando en seguida su expresión al ver a su hijo con crema batida y fondant en las mejillas, besó su sien y con una servilleta comenzó a limpiarlo.
—¿Estas haciendo estos cupcakes para alguien especial? ¡Te creí cuando dijiste que querías aprender a cocinar para pasar tiempo con mami! — reclamó Yoona sin reproche, enmarcando una gran sonrisa cuando dejó impecable la carita del pequeño —. ¿Son para Mark?
Haechan abrió la boca sorprendido, ¿cómo lo había descubierto su madre? ¿A caso era mágica o leía mentes? Aquello le había dejado perplejo y por mucho impresionado.
Yoona rió ante tal reacción, era demasiado obvio si la primera ronda de cupcakes que le tocó decorar al morenito decía maku por todos lados con dibujos de ellos dos tomados de la mano.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó Hae después de un rato analizando a la mujer
—Las mamás lo saben todo —guiñó complice antes de meter la tercera ronda de pastelitos al horno.
—Lucas lo digo en serio —Mark frunció el ceño dejando de lado la lagartija muerta que tenía su mejor amigo sobre la mesa—. No puedes revivir lagartijas metiéndoles resistol por la boca.—Solo digo que no perdemos nada intentándolo —el contrario rodó los ojos, sabía que de todas formas su amigo iba a mantener en pie su plan—. Hey ahí viene tu mejor amigo.
Mark bufó dejando su tupper de lado, al parecer Haechan se había escapado de la zona de preescolar de nuevo para ir a verlo. A veces le sorprendía como siendo tan chiquito y llamativo conseguía esquivar la atención de los maestros para escapar en horario de clase.
—¡Maku! —el pequeño corrió hasta él y se paró de puntitas para darle un fuerte abrazo—. Te traje pastelitos y paletas de sandía.
—Haechannie... —habló el mayor con suavidad tomando las manos del menor quien solo daba pequeños saltitos, demasiado feliz de poder darle sus regalos—. ¿Estabas en clase?
—Sí pero me aburrí y vine a traerte las paletas por que se iban a derretir y también te traje unos cupcakes, son azules como tu color favorito y... —guardo silencio cuando Mark apretó sus cachetitos impidiéndole seguir, calmando un poco toda esa hiperactividad.
—No debes salir de clase, tus profesores podrían preocuparse —besó su frente y naricita. Sabía que eso le gustaba al pequeño, le ponía más dócil y obediente. Un asentimiento con un pequeño puchero fueron la respuesta.