Capitulo 1

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Cada día, viendo el atardecer en el carro que me lleva al trabajo diariamente, un disco que no deja de girar y girar, sonando la música una y otra vez. Pero hay algo que me cambio la rueda misma atrapada en un ciclo sin fin, este día, mirando a la ventana por un mosquito que se me había puesto encima de mi nariz, dirigiéndose a escapar por la ventana abierta en un carro en movimiento, no tuvo éxito, más bien, se quedó atrapada en el borde del mismo, pero no tome acción de matarla, simplemente de verla como intentaba volar, pero por la inercia del carro y su cuerpo débil le hacia difícil el movimiento. El carro se detiene para subir más pasajeros, cuando veo a una chica que me llamo la atención, no solo por su hermoso cabello semi-corto con una pequeña colita, sino porque era la única persona en el entorno que recogía la basura que estaba regada en todas las partes del paradero. Tenía una chompa verde que acompañaba de todo el frio de aquella hermosa tarde. Di una pequeña sonrisa con una intención de preguntarle porque estaba haciendo eso cuando no había nadie que la ayudara, pero en cuanto alcé la mano para pasarle la voz, el carro avanzo a la velocidad como si hubiera una carrera, lo cual no me parecía algo raro ya que en la mayoría de carros que subía, eran así. Me quede atónito de aquella acción de la chica, por lo que me acosté lentamente en el asiento que estaba sentado, a reflexionar porque está haciendo tal cosa. No recuerdo cuanto tiempo estuve ahí sentado pensando, pero algo si es seguro, me pase 2 paraderos de donde se suponía que era mi trabajo.

¡Oh por dios! - Grito desesperadamente, mientras miro mi reloj para calcular que llegaré 1 hora tarde, ya que las calles no estaban muy cerca que digamos.

Una vez que llegue a la puerta del trabajo, estaba todo sudado como si un tsunami hubiese caído sobre mi ese mismo día, mi camisa completamente empapada y con mi respiración que no podía más. Llegue unos 10 minutos antes de lo que planee, ya que la pista estaba despejada de carros. Apenas entrando en el edificio, sentí como las risas invadía cada piso o cuarto que aparecía. Estando en mi oficina, gracias a dios que estaba previniendo algún evento, por lo que guarde un uniforme aparte en mi oficina, me cambie al instante. Sentándome al fin, todo cansado de la tarde corriendo como un enamorado por alcanzar a su amor amado que se va del país o como un loco escapando de una bestia gigante siendo un molino visto claramente por todas las personas con cara de pobre alma. Prendí mi portátil que tenia y empieza el trabajo ardió que me tomaría hasta las 10 p.m.

¡PAM! - sonido de un portátil cerrado bruscamente.

¡¡Al fin!! Hora de irse - levantando las manos hacia el techo con una voz de cansancio completo.

Mientras veía el techo con las manos alzadas, recuerdo aquel momento que vi a esa hermosa chica en el paradero. Me puse con los brazos cruzados preguntándome sobre que se supone que debería haber hecho en ese entonces. Me levanto del asiento y luego de guardar algunas cosas, parto rumbo a mi hogar. Por desgracia mía, el día no podía ser peor ¿Cierto?, pues eso no opinaba el día, ya que estuve como 39 minutos y ningún carro se asomaba a la distancia, o un taxi, pareciera como si el mundo mismo quisiera que caminara hacia mi casa, como si no era suficiente todo el maratón que me di al medio día. Como la laptop que usé era de trabajo, la dejo en la empresa, y como de la misma forma tengo un celular muy antiguo, que con la justas se podía instalar la aplicación del banco para así poder hacer unas transacciones sin peligro, no sufría riesgo o problema si me roban mientras me dirijo a casa.

Caminando varias cuadras después, a lo lejos, en un parque algo cerca de mi casa, veo a la misma chica que vi en el paradero, pero esta vez no estaba sola, estaba como al parecer sus amigos con ella, todos tenían la misma casaca verde, y con muchas bolsas de basura al parecer a su alrededor. No hice acción alguna, más que ir directamente, pasando por un costado de ellos, a dirigirme directamente a mi casa que ya estaba con las piernas a punto de desplomarse en polvo por toda la vuelta al mundo de todo el día. Abro la puerta de mi casa, me cambio de zapatos a unas sandalias rojas, me quito todo el uniforme y me pongo un short y un polo suelto de color rojo, me sirvo una tacita de leche caliente con mi comida que preparé en la mañana para luego desplomarme en mi cama gritando.

¡Hogar dulce hogar!

Travesía de amor con la contaminación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora