Feliz cumpleaños, Granger (One Shot)

Feliz cumpleaños, Granger

19 de septiembre del año 2000. Hermione Granger acababa de ordenar un Martini en el bar muggle del centro de la ciudad de Cambridge, a donde desde hacía un par de años solía acudir en soledad a beber un trago por su cumpleaños.

Contrario a todo lo que se hubiese esperado, la amistad del trío de oro se había fracturado después de la última Guerra Mágica.

Después de la Batalla de Hogwarts, Hermione fue la única que decidió regresar al castillo para concluir su educación mágica. A los pocos meses de eso se terminó su frágil relación con Ron, como generalmente sucede con las relaciones a distancia. Él fue llamado para ser el guardián del Puddlemere United y nunca tenía tiempo para ir a visitar a Hermione en Hogwarts. Además por ser un jugador de equipo profesional, nunca faltaban las chicas que lo buscaban... y él "como el caballero que era", no las iba a menospreciar.

Por otro lado, Harry Potter, quien ahora más que nunca era una celebridad en el mundo mágico, había sido nombrado Auror sin siquiera tener que pasar por el riguroso periodo de entrenamiento que se le exigía a todos los aspirantes a esa posición. Harry había cambiado demasiado desde entonces. El hecho de ser un héroe de guerra y ser tratado como tal en todas partes había hecho que perdiera el piso.

Ginny también había cambiado bastante durante ese tiempo. Ser la novia de una celebridad la había convertido en una chica completamente distinta a lo que solía ser. Eso fue motivo de distanciamiento entre ellas y para su sorpresa, unas semanas después Hermione se encontró entablando una linda amistad con Luna Lovegood.

La noche de graduación Harry y Ron fueron a Hogwarts. Hermione tenía la esperanza de que su amistad reviviera ahora que la estaban pasando de maravilla en la fiesta de graduación. Hermione les contó que tenía la intención de ir a Australia en busca de sus padres y le desearon buena suerte con eso. Fue ahí cuando se dio cuenta que las cosas entre ella y quienes fueran sus mejores amigos jamás volverían a ser iguales. Ninguno de los dos estaba dispuesto a abandonar sus múltiples compromisos para acompañarla en algo tan importante para ella.

Quien la acompañó fue Luna. La búsqueda de sus padres no fue lo que Hermione esperaba. Les tomó unos cuantos días rastrear a los señores Granger en Brisbane. Y descubrió algo terrible: su madre había sido diagnosticada con cáncer terminal y murió tan sólo un par de meses después de haber llegado al país. Enterarse de la muerte de su madre le había roto el corazón a Hermione, quien decidió dejar a su padre así como estaba, ignorando que él en realidad era Hugo Granger y tenía una hija hechicera llamada Hermione.

Ahora, dos años más tarde, su padre seguía creyendo que su identidad era Wendell Wilkins y ya había rehecho su vida al lado de otra mujer que también había perdido a su esposo a causa del cáncer. La nueva esposa de su padre tenía dos hijas un poco más jóvenes que Hermione y él parecía feliz al lado de su nueva familia.

Cuando regresaron a Inglaterra, Hermione decidió que necesitaba tiempo para ella misma, lejos de todo.

- Yo entiendo que los amigos no necesitan verse a diario para seguir siendo amigos. Si tu deseo es vivir en el mundo muggle, yo te apoyaré. Podrás contar conmigo siempre, tan sólo estaré a una lechuza de distancia- le había dicho Luna.

Gracias a la profesora McGonagall pudo conseguir un certificado de estudios muggle en el cual se marcaban excelentes calificaciones. Con eso obtuvo una beca completa en Cambridge para estudiar Literatura Inglesa.

Y ahí estaba como cada año, celebrando su cumpleaños en soledad. Por lo general ese día únicamente se reunía con Luna en el bar pero ahora ella se encontraba de viaje en Sudáfrica, en compañía de un colega magizoólogo que recientemente había conocido: Rolf Scamander. Hermione entendía que esta era una gran oportunidad para su amiga y para nada le recriminaba no haberla acompañado en su cumpleaños.