Capítulo 1

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             Kath caminaba por el pasillo de la escuela. Allí se encontraban las aulas, la biblioteca y alguna que otra sala sin uso. El aroma del almuerzo que provenía del comedor abundaba por todo el viejo pasillo, hasta que llegaba cerca de la sala vidriada y se mezclaba con un aire frío. Esa sala nunca se utilizó, pero parecía que hoy era la excepción. Ella se acercó a tocar los vidrios y estaban helados. No lograba ver nada de lo que había adentro, por lo que se dispuso a abrir la puerta para averiguar de dónde provenía aquel aire frío.

Sonó la campana que indicaba la hora del almuerzo. Decidió que luego del último descanso, cuando les daban tiempo para prepararse para la última parte de la jornada, iría a ver.

...

Hans echó un vistazo a ver cómo iba Smith, tal como Madelaine había dicho. Él nunca había visitado el tanque ya que su trabajo no se relacionaba con él. Lo único que sabía era que el proceso era largo y lento, además de que necesitaba observación continua (a veces él se encargaba de eso). Su trabajo era avisarle a Madelaine todo lo que ocurría, así que se suponía que debía estar atento y al tanto de todo. Hasta ahora nunca había fallado, pero siempre sentía que estaba en una constante prueba, dado que filtraron información más de una vez. Pero la O.I.E.H. se fundó hace 5 años y él había estado en cada uno de ellos.

La organización tenía un montón de salas y especialidades, cada una igual de valiosa que la otra. Individualmente son magníficas, cada una con su importancia y valor. Juntas son asombrosas, pero si una falla o no está, el resto dejaría de funcionar, como un reloj y sus engranajes.

La sección de investigación era la que más le atraía y tenía la suerte de que su trabajo se relacionara con ella. Cada hakord es un mundo diferente y más aún cada clan. Para él, ellos eran como la organización: individualmente magníficos pero en conjunto asombrosos. Las únicas diferencias eran que ellos podían sobrevivir solos, pero cada especialidad de la organización no funcionaría sin la otra, además de que ellos eran personas comunes y corrientes con un trabajo, mientras que los hakords eran personas especiales, muy diferentes a ellos.

—¿Qué tal Hans? ¿Cómo va todo?— Smith había terminado en el tanque, para él era algo normal de vez en cuando hacer una visita a ese lugar.

— Hola, Smith. Lo usual. ¿Me contarías del jeiwil? Es para el informe y los dispositivos.

— Claro. Bueno, yo había ido al parque, tal como me ordenaron. Vio que es un lugar bastante grande, por lo que me costó encontrarlo, sobre todo porque según los informes no se había regenerado, cosa que era cierto— hizo una pausa—. Lo encontré cerca del lago, en un árbol hueco; salía el típico aire frío, pero muy débil. Llevé el multiclánico conmigo así que pude ayudarlo a regenerarse y cubrirme cuándo terminara.

Hans iba anotando todo a medida que Smith le iba diciendo, este era un caso importante y necesitaba toda la información posible.

— ¿Sabes algo de su ubicación actual?— preguntó.

— No, lo siento.

— De acuerdo...— arrancó cuidadosamente unas páginas de su libreta y se las entregó a Smith— ¿Puedes llevarle esto a Madelaine? Necesito hacer algo y ella me había dicho que lo necesitaba— pidió.

— Claro, ¡Suerte a donde sea que vayas!— dijo Smith.

— ¿Gracias?— respondió confuso.

...

Había terminado la penúltima parte de la jornada. Guardó todas sus cosas en la mochila con la esperanza de que la sala vidriada siguiera como la había encontrado.

Salió del aula intentando que nadie la viera. Para su fortuna lo logró, así que caminó rápidamente hacia la sala. Estaba doblando en dirección al pasillo donde se encontraba, pero se dio cuenta que había alguien en él. Se escondió en la esquina y asomó la cabeza para ver quien se encontraba. Tres estudiantes ingresaban a la sala encapuchados y para su desgracia los conocía: ellos se sentaban siempre apartados del resto del curso y se los escuchaba murmurar constantemente... ¿Y si tramaban algo?

Se acercó a la sala cuidadosamente con la esperanza de que nadie mirara hacia esa zona. Ya cerca de su objetivo, sintió unas vibraciones débiles que cada vez se hacían más y más fuertes... y las sentía familiares. Intentó hacer memoria lo suficientemente rápido pero no le hizo falta mucho esfuerzo. Inmediatamente salió corriendo hacia la salida.

Encontró a sus amigos en el frente de la escuela, pasando el tiempo antes de entrar a la última parte de la jornada.

— ¡Corran!— anunció.

Al instante ellos la imitaron y la siguieron fuera de la escuela. Se percataron de que no eran los únicos que se habían dado cuenta, muchos estudiantes huían fuera del instituto.

— ¿A dónde vamos?— preguntó uno.

— Nos conviene ir hacía Inglaterra— dijo.

— Entendido.

Cada uno tomó caminos opuestos, pero Kath no se preocupaba, sus amigos sabían perfectamente qué hacer. Pero ella tenía algunas cosas que buscar antes.

Se dirigió nuevamente hacia la escuela, esquivando estudiantes apurados. Corrió lo más rápido que pudo intentando no caerse en el intento. Pasó un par de salas y entró a la biblioteca. Allí se fue hasta el último pasillo, al último estante. Agarró lo que buscaba y salió.

— Espero que nos sirvas.

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⏰ Última actualización: Jan 17, 2022 ⏰

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