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La música fluye a través de mis auriculares y yo me dejo llevar por cada letra, me sumerjo en ese mar de melancolía y disfruto como si yo fuera la protagonista de esa historia.

- Señorita llegamos._ y hasta ahí duro mi momento, vaya pincha globo que era este sujeto.

Pues resulta que hoy tenia una entrevista de trabajo y si no me daba prisa ni siquiera iba a pasar la primera ronda. No se en que momento me pareció buena idea trabajar en una cafetería, es que ni siquiera me gusta pero trabajo es trabajo y tenia cuentas que pagar así que ahí vamos.

Media hora después lo había conseguido, era oficialmente la única camarera mujer de Snowflake, la cafetería mas popular de Paseo Marítimo.

Y ustedes se preguntaran, quien rayos soy yo. Pues yo soy Ginger, así a secas sin apellido, la verdad no se exactamente cual es, a lo largo de mi vida tuve muchos aunque en mi seguro social dice Kelly, francamente me da igual nunca lo uso.

Vivía con mi hermana pero ella se tuvo ir lejos, en fin una larga historia. Ahora yo comparto departamento con mi mejor amiga Martina y Pimienta mi hermoso dálmata.

Desde que era una niña me las tuve que apañar sola, bueno casi sola. Mi hermana y yo éramos muy unidas, cuando nuestra madre murió el desgraciado de mi padre nos dejo a nuestra suerte, mejor dicho nos abandono, vaya apenas tenia 8 años y ella 10. Buscamos refugio y durante mucho tiempo vivimos en un albergue, recuerdo que jugábamos a ser millonarias y tener lujos, eh ahí la cantidad de apellidos que teníamos. Cuando ella cumplió los 18 se hizo cargo de mi, pero por lo general solía meterme en problemas, muy a pesar de eso ella es mi única familia y la amo demasiado, pero las cosas no salieron como lo habíamos planeado y se fue.

Ahora yo intento arreglar mi vida de la mejor manera y supongo que el primer paso es buscar un trabajo decente que no incluya bares de mala muerte o drogas.

Paseo Marítimo no era un lugar muy grande, pero si un lugar en donde podías sentarte en la orilla del mar y olvidarte de tus problemas. Era muy visitado por millonarios que salían de vacaciones a disfrutar del verano y las fiestas. Habían cerca de diez discotecas, la mayoría muy bien vistas y el resto pues para la gente del pueblo mejor dicho. Yo había vivido ahí desde los 16 cuando mi hermana se hizo cargo de mi , amaba este lugar, aquí parecía que no existía el invierno el verano era eterno, la temperatura a lo mucho podía bajar hasta los 15 grados y casi nunca pasaba. Supongo que por eso era un destino soñado.

Camine hasta mi lugar preferido, era una especie de barco hecho de concreto que no había sido terminado, por lo general las personas no llegaban hasta esta parte de playa, estaba muy alejado de la civilización y para algunos turistas les parecía aburrido, cosa que yo prefería.

Me senté al borde dejando mis pies al aire mientras la brisa del mar me cubría, amo la sensación del agua sobre mi rostro. Así que hice lo único que llevaba haciendo desde que mi hermana se fue, recordar.

A los 15 tuve mi primera pelea en la escuela con una estúpida rubia del grupo de porristas, me llamo perra porque me bese con uno de sus tantos ligues, acaso yo tenia la culpa que el no respetara "su relacion" bueno así que esa vez me gane una suspensión, me gustaría decir que ahí acabo la cosa pero no, a medida que el tiempo pasaba mis peleas iban en aumento hasta que me expulsaron y fue ahí cuando Gine decidió que era hora de irnos, una semana después ya estábamos rumbo a Paseo Marítimo.

Desde ese entonces ella trato de mantenerme alejada de las peleas y los problemas pero supongo que soy un imán para eso, así que en menos de un mes ya andaba trabajando en un bar de forma ilegal, tenia la suerte de parecer mucho mayor, era alta y bien desarrollada, es decir no había rastro de que fuera una quinceañera, supongo que por eso siempre me confundían con Gine, nuestro parecido era increíble y tomábamos ventaja de eso, ella me hacia pasar como su gemela y así trabajábamos juntas. Cuando vivíamos con mamá la gente siempre creía que éramos gemelas, y ella no lo desmentía, cosa que nos acostumbramos en aparentar. En todo Paseo Marítimo nos conocían como las gemelas sexy, pues teníamos nombres de bebidas alcohólicas que la mayoría de hombre millonarios tomaban y éramos bastante llamativas, ella con ese rubio dorado y yo con mi pelirrojo cobrizo. 

Extraño esos tiempos en donde éramos muy unidas, éramos las dos contra el mundo.

De regreso al departamento pase por una florería y me detuve frente al ventanal, nunca había recibido flores al menos no de manera directa. Sentí que alguien me observaba pero era imposible saberlo había tanta gente a mi alrededor, así que ignore esa sensación y continúe mi camino hasta mi humilde morada.

- Hola bonito._ Pimienta siempre estaba listo para recibirme y me miraba con esos enormes ojos grises, era una belleza de cachorro.

- Entonces ¿si o no?_ no había ni siquiera sacado la compra de las bolsas que ya tenia a mi mejor amiga haciéndome preguntas._ Porque déjame decirte que ya me aburrí de Abraham y no creo que pueda seguir sacándole mas dinero para la renta._ Martina utilizaba sus curvas y encanto para sacar provecho de algunos hombres y ahora Abraham Daniels un abogado felizmente casado era su victima, pero parece que mi mejor amiga piensa pasar la pagina.

_Vamos nena tu sabes que Ginger puede con todo._ como si hablar de mi en tercera persona fuera muy creativo.

- Pues entonces alístate, que esta noche nos vamos de fiesta.

Ginger y las fiestas solo significa una cosa, problemas.

GingerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora