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Sam y yo llevamos un rato sentados hablando de demonios y cómo cazarlos, claro toda la "clase" era para mi ya que soy nueva en esto de cazar demonios y ese tipo de cosas, todas las clases que había tenido eran fáciles y me gustaban ya que Sam era muy buen maestro y sabía cómo explicarme y narrarme las cosas pero justo hoy Sam decidió empezar a darme lecciones de latín.
-Muy bien hermosa, intentemos con speciosus est in lucem- Sam volteo a verme concentradamente.
-Bien, spicuous et in lucim- comente ya cansada de las cosas, llevábamos horas practicando.
-No amor, es speciosus et in lucim- repitió Samuel.
-Muy Sam, ya estoy cansada de esto, quiero irme- me paré de mi asiento y pase alado de el.
-siéntate otra vez- Sam me agarro de las caderas se me sentó en sus piernas.
-intentémoslo de nuevo- agarro una de mis piernas mientras y beso mi hombro.
-Esta bien pero ya no hagas eso- agarre su mano de mi pierna.
-Bien, speciosus- beso detrás de mi cuello.
-speciosus- repetí después de el.
-exacto amor, est- beso mi hombro.
-est- dije
-in lucim- mordió el lóbulo de mi oreja.
-in lucim- volví a repetir.
-Bien amor, ahora dilo todo junto- beso mi mejilla, me levanto de sus piernas y me agarro de las caderas para subirme sentarme en la mesa que estaba frente a nosotros.
-speciosus est in lucim- repeti.
-Lo dijiste bien mi amor- Sam me felicito y luego me beso.