𝐊𝐚𝐦𝐢𝐧𝐚𝐫𝐢 𝐇𝐚𝐫𝐞𝐦,, 𝐃𝐫𝐚𝐛𝐛𝐥𝐞𝐬 🌙

~ Entre besos y té ~

Ship:

KamiMomo.

Kaminari x Momo.

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La primavera llegó y a Kaminari no se le podía ocurrir mejor idea que invitar a su bonita e inteligente novia a una salida.

Yaoyorozu no era de salir y hacer travesuras como el y sus amigos, por eso decidió organizar algo mas tranquilo y relajante. Después de todo, ambos necesitaban estar un tiempo a solas, luego de los duros y exigentes entrenamientos.

─ Dime Denki ¿Adonde vamos? ─ preguntó curiosa la pelinegra, mientras era llevada por el jardín de su casa por Denki, quién le había pedido que lo siguiera ─ Creí que querías venir a mi hogar para descansar, no para jugar o algo..

─ Descuida, lo que te voy a mostrar te va gustar. Además, es un regalo que quiero darte.

─ ¿Regalo? ─ repitió la palabra con los ojos soltando brillos de emoción.

─ Sip, me has ayudado mucho estos días Momito. Con los estudios y eso ─ dejó de correr y se puso frente a ella, tomando las ambas manos de la pelinegra ─ Por eso... ─ sin terminar su oración, se corrió para mostrar lo que había preparado horas atrás ─ ¡Taraaa! ¿Te gusta?

Momo jadeó por la sorpresa al ver el paisaje.

Ya que en el jardín de su casa/mansión había una fuente, a Denki se le había ocurrido crear un escena romántica, con una mesa, sillas y flores alrededor. Arriba de la mesa se encontraba las cosas necesarias para tener una bonita tarde de té. Las tazas combinaban con la mesa, al igual que la tetera. También habían de las galletas que le gustaban a Momo y dos pedazos de pastel que les gustaba comer cuando tenían una cita.

─ ¿Y bien? ─ le preguntó esperando alguna respuesta positiva ─ ¿Te gusta? Digo, no es lo mejor de mundo pero...

─ Es perfecto ─ dijo con emoción, interrumpiendo a su novio. Se volteó a verlo, mostrando sus ojos llorosos y su sonrisa radiante ─ Gracias.

─ Lo que sea para mi bella novia ─ hizo una reverencia, como si fuera un principe, causándole gracia a Yaoyorozu. Ella también hizo una reverencia ─ Bueno ¿Vamos? ─ le entregó el brazo y esta lo abrazó con gusto.

Se sentaron y empezaron a tener una bonita cita. En medio de esta, Momo se acercó a Denki y le empezó a besar los cachetes ya que estos estaban llenos de migas de galletas. Kaminari aceptaba los besos y los devolvía con amor.

Siguieron así hasta que el té se acabó y la noche llegó. Se quedaron viendo las estrellas en un cómodo silencio, acostados en el jardín, sin importarles si se ensuciaban o no.

La noche era para los dos y nadie se los iba a impedir.

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