Capitulo 6. Escape.

8 0 0
                                    

Se mantuvo inmóvil por un tiempo, como si observara lo que estaba dentro. Aunque los sucesos ocurridos anteriormente no me permitieron mirarlo con detenimiento, esta vez pude notar ciertos cambios en su aspecto. Parecía que ahora su altura había aumentado ligeramente, pues podría mantener su mano tendida sobre el pomo de la puerta donde antes apenas alcanzaba con la cabeza. De la misma forma, su peso se mantenía en aumento, por lo que también crecía hacia los lados y hacia el frente. Con la piel áspera y las arrugas que se formaban en su piel a consecuencia de las acumulaciones de carne, su cuerpo asemejaba ahora al de un sapo. A los lados de su cabeza crecían un par de cartílagos puntiagudos sobre los que escasos pero las largos vellos crecían enredados como raíces secas. Y unos pequeños y redondos ojos brillaban como un par de bombillos a una cuestionable distancia uno del otro. El resto de su cuerpo había crecido de manera proporcional, en la medida de lo posible.

No tardó en girar la cabeza, inspeccionando desde el umbral de la puerta todo lo que sucedía, que era prácticamente nada (a menos que él pudiera ver algo que yo no). Dejó caer a su costado la mano que se encontraba en el pomo de la puerta y, aparentemente analítico, caminó hacia adentro de la habitación. Como si tuviera los pies de plomo, arrastraba el paso por la habitación, con la nariz por delante, como si se guiara por el lugar con los olores. Terminó a unos escasos centímetros del librero. Con el cuerpo aún el piso y sin poder moverme, lo miré mover los libros se encontraban llenos de polvo en el armario. Al levantarse la nube de polvo reaccionó de un modo casi humano, moviendo la cabeza y resoplando con fuerza. Sentía sobre mi cuerpo, un peso aplastándome contra el suelo. La criatura se movía ahora hacía el montón de ropa arrugada. Se acercó hacia él flexionando las rodillas y tomó un par de prendas con sus largas garras y hundió la nariz en ellas. Escuché entre las penumbras un profundo suspiro, interrumpido por un ruido que la criatura logró captar con sus grandes orejas. No hizo más que quedarse quieto un instante y lanzarse a cuatro patas hacia afuera. Detrás de él, la puerta se cerró de un golpe y no escuché nada más.

Entonces, sentí mi cuerpo liberarse y pudeatrapar una bocanada de aire que inundaba mis pulmones y regresaba a la vida atodo mi cuerpo. En ese momento entendí que no significaba más que un incompletoretorno a la vida, pues aunque mi cuerpo recuperaba su movilidad, su vitalidad,aquello que conocía como mi vida dudosamente volvería del mismo modo repentinocomo la perdí. Tantos años de formar un concepto propio de lo que es la vida y,hoy y en las circunstancias en las que me encontraba, no podría parecerme másajeno aquello que yo mismo había construido. Y es que me parece casi imposiblediferenciar entre aquellas cosas que hice por mí mismo y aquellas que solorealicé porque alguien, con rostro o sin él, así me lo había ordenado. Comopude logré sentarme y con las piernas flexionadas y rodeadas por mis brazos.Las amistades, que en algún momento cuidé con tanta premura, ahora no puedoverlas por ninguna esquina de la habitación donde me encuentro encerrado. Y aúnen mi agonía, cuestiono el deseo egoísta de mirarlos entrar a rescatarme,mientras lanzo blasfemias en sus nombres por dejarme aquí, enrollado en elsuelo de una sucia habitación asediada por una criatura bestial. Quizá debarendirme de los esfuerzos y los deseos de escapar para dejarme llevar por eldestino a los finales más atroces preparados para mí. Porque, aún si lograraescapar de aquí, no tengo un lugar a dónde volver. Todo aquello que considerabacomo parte de mí, se ha desvanecido como el humo. Nada más real que las cuatroparedes envolviendo mi sufrimiento. Los pensamientos se acumulan incesantesdentro de mi cabeza sin poder formar alguna tesis. Todo parece desvanecersefrente a mis ojos, como las gotas de sudor que lentamente se evaporan sobre mipiel. Todo se resume en la nada que me rodea y la que se encuentra dentro demí. Incluso el silencio de la muerta habitación se vuelve un poco más duce paramis oídos, pues puedo reconocerlo como propio y original, como si me llamarapor mi nombre con una voz conocida que no recuerdo haber escuchado. 

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 09, 2020 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Alteridad.Where stories live. Discover now