pray for some sweet simplicity

cinco.

Harry no estaba en la cama.

Al principio, eso no molestó a Louis, sobre todo porque todavía estaba medio dormido y no era consciente de que ni siquiera estaba en su propia cama para empezar.

Y luego rodó un poco, algo que no sería un problema en su propia cama king-size, pero fue definitivamente un problema aquí porque en un momento que estaba estrellándose en el suelo.

"Ow," jadeó, el sonido prácticamente sonó de su pecho. Se levantó de la alfombra nudosa y parpadeó, mirando a su alrededor. Sus piernas desnudas estaban enredadas en el edredón, y cuando sus ojos se enfocaron vio rayas blancas y negras en lugar de sus propias mantas. Fue cuando recordó dónde estaba.

"¿Harry?" Gritó, moviéndose para mirar hacia la cama. Todavía estaba vacío, "Harry, ¿qué demonios? ¿Dónde estás?"

No hubo respuesta, por lo que Louis simplemente gimió y se tumbó en el suelo, apoyando la cabeza y rodando, enredando aún más los pies en las mantas.

Se quedó allí por un tiempo, y luego oyó que se abría una puerta y entrecerró los ojos.

"Harry," llamó de nuevo.

"¿Louis? Hola, buenos días."

Louis escuchó pasos desde afuera, y un momento después levantó la vista y Harry estaba en la puerta, con una sudadera y el mismo par de pantalones que la noche anterior. Se apoyó contra la puerta, con la frente arrugada cuando vio a Louis.

"¿Por qué estás en el piso?"

"Tu cama es muy pequeña. ¿Dónde estabas?"

"Mierda, lo siento," dijo Harry, "yo... me levanté temprano, y luego vi que tu ropa aún estaba mojada, así que bajé al sótano para ponerla en la secadora."

"Está bien," suspiró Louis, y se sentó, frotando la parte posterior de su cabeza, "Creo que puedo perdonarte por eso"

Trató de regresar a la cama, pero su cuerpo no quería cooperar, y finalmente enterró la cabeza en sus brazos.

"¿Necesitas ayuda?" Preguntó la voz de Harry, y Louis escuchó pasos que entraban en la habitación.

"Sí," resopló Louis, extendiendo sus brazos. En un momento, sintió unas manos agarrando sus muñecas, tirando de él hacia las sábanas enredadas. Levantó la vista y se encontró con los ojos de Harry, brillantes y alertas y reflejando la sonrisa en sus labios.

"De nada," murmuró Harry, lo que hizo que Louis resoplara.

"Gracias, Harry, eres una joya. Ahora, por favor, métete en la cama."

Harry asintió con la cabeza, su sonrisa se ensanchó, "Sí, señor."

Primero, sin embargo, Harry se acercó al otro lado de la cama, levantó el edredón arrugado del piso y lo arrojó sobre la cama, hasta que se acomodó sobre el cuerpo de Louis. Luego levantó el borde de las mantas y se metió debajo de ellas. Una vez que estuvo en la cama, Louis se movió a su lado, apoyando su cabeza en el sólido pecho de Harry.

"Lo siento, no estaba aquí cuando despertaste," dijo Harry.

"Mm, supongo que es perdonable," resopló Louis, "¿Qué hora es, de todos modos?"

"Alrededor de las once."

"Mierda," murmuró Louis, "probablemente debería irme pronto."

"Solo si quieres," dijo Harry, "es domingo, no tengo planes. No me estas molestando."

"Bien," Louis cerró los ojos, "¿Cuánto tiempo durará mi ropa?"

"¿Una hora, tal vez? Es una vieja secadora."