SOL

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Desde que naces, una parte de ti está ligada a otro ser, un ser especial. "Asquerosamente" ese cordón te mantiene unido a tu progenitora, quien ha sabido soportarte durante meses en su vientre de una forma increíble hasta el momento en que un cirujano se encarga de cortarlo. Y aunque es cierto que dicha unión física se acaba, el lazo sentimental es muchísimo más fuerte que cualquier cordón, lazo, o soga del mundo. Sí. El amor es la primera cualidad que nace, que sientes, que das.

Soy mucho de comparar los sentimientos para poder retratarlos de manera específica. Ahora los ilustro de la siguiente manera: el amor es como el sol. Bah, sueno tonto. Pero no lo puedo explicar de mejor manera. El sol aparece temprano cuando empieza la mañana (y quizás aún ni te despiertes) y en el momento que se va, da paso a la oscuridad. Y no podemos negarlo ni decir que no es así.

De igual manera, el amor causa el mismo efecto en todas las personas. A veces no lo sientes, pero ya ha empezado a aparecer. Y te das cuenta de ello cuando en la piel sensible de tu alma caen suavemente rayos de resplandor. Un mensaje, una sonrisa, una llamada, un abrazo después de ser participes de un momento especial, una foto que quedará digitalizada para siempre... Otras veces el amor puede llegar a ser tan intenso que no da paso al frio, calienta tu ser interior (físicamente también). Lo sabes porque no hay lugar en que no sientas la presencia de esa persona especial, no te puedes soltar porque no te quieres soltar. Sencillamente no sientes nada malo con esa persona especial, la relación es como un calor intenso en donde el frio no tiene cabida.

Y, cuando el amor se va, pasas a la oscuridad, indistintamente de las circunstancias, sea el infractor, el afectado, sea un daño colateral o una mentira oculta, por muy fuertes que sean los implicados, de cualquier manera van a ser víctimas de esa falta de luz.

A fin de cuentas, el sol siempre se mantiene allí, fijo, inamovible, sin perpetuarse y sin intermitencias. Y cada planeta recibe el calor del sol de distintas maneras ¿no cierto? Bueno, a Mercurio lo azota con la mayor de las intensidades, la tierra recibe lo suyo sin problema alguno y de manera satisfactoria, Júpiter el señor Gigante ya empieza a sentir los estragos de la distancia, y Saturno mucho más. Porque después de todo, el sol es como el amor. La intensidad del calor es lo mismo que la demostración del cariño sincero. A unos con más intensidad, a otros no.

Mi saturno se había acostumbrado a esa oscuridad, al frio y a la soledad entre tantos sujetos. A mi Saturno no le llegaba la luz ni el calor necesario para resurgir y volver a la vida... pero me encargué de ayudarle a brillar más que el sol. No porque yo lo quiera, sino porque ella lo merece. Demostrarle que puede volver a brillar por sus propios medios a pesar de encontrarse orbitando en zonas donde la oscuridad y el frio es su parada más próxima se volvió una meta, porque al fin y al cabo es lo que mueve a hacer el amor.

Por cierto, Soy Jordan, y disculpa que me obsesione con mi Saturno, pero me siento atrapado dentro de sus anillos. Pero al empezar con este viaje debemos ir en orden, donde todo empezó, desde la cuna del sol, pasando por los molestos asteroides, el lapso de idiothipnotismo con la tierra, hasta llegar a mi meta: tú.

¿Me acompañas?

En Los Anillos De SaturnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora