Venus

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- Buenos días a todos, por favor acérquense en orden a retirar su evaluación de conocimientos antes de empezar con las clases de manera oficial.

Así empezó el segundo día. La Máster Cáceres quería ya evaluarnos y no perder tiempo. Probablemente en su lugar habría hecho lo mismo. Matías, que iba detrás de mi, pone su mano en la boca y me dice:

- Vaya comienzo bro.

- Si, vamos con todo

Me acerqué a retirar mi hoja de test y vi que la profesora se encontraba un poco nerviosa y revisaba constantemente su celular. Luego recibió una llamada, pidió disculpas y se retiro durante tres minutos del salón.

- Uuhh, ya la dejó el marido- dijo Matías, riendo casi en silencio y agachándose de nuevo a seguir completando la evaluación.

- Segundo día y ya va a haber muerto – dijo Isabella mientras hacia un gesto apretando su mandíbula.

Yo la mire y alce las cejas. No me importaba lo que le sucediera, solo quería que mi test tenga nota sobresaliente.

Cáceres entra de nuevo al salón un poco más calmada.

- Alguno de ustedes sufre de ansiedad. Ya se que es algo que a veces cuesta decirlo, pero si alguno se siente cómodo en contarlo, puede hacerlo.

Desde luego, presté atención a cada palabra que dijo. Cuando cumplí la primera decena de años, tuve mi primer ataque de ansiedad. Jamás se me va a olvidar ese día. Sentía que me moría. El corazón de repente se acelera, no hay nada visiblemente que pueda dar una solución a aquel dolor en el pecho que uno llega a sentir. Invaden los pensamientos negativos. Recuerdo que me volví hipocondriaco en aquella época. Si veía en la televisión que una persona murió de cáncer de hígado, me empezaba a hincar el costado derecho del abdomen, luego pensaba que era el hígado y finalmente terminaba sentado en el baño con un nudo en el estómago y otro en el corazón debido a la ansiedad. 

Debatía en mis entrañas si contarlo o no, no tenía vergüenza a decirlo en público, pero si me daba recelo que los demás me vean como alguien depresivo, ya que suelen asociarse ambos males por lo general. Estaba dubitativo moviendo el esferográfico con mis manos y a punto de alzar la mano.

- Yo

Alcé la cabeza porque la voz la sentí muy cercana. Fue una voz tímida pero decidida. Era Melissa. Me sorprendí. Y aunque no quiera admitirlo, tuve la reacción que pensé que los demás tendrían al decir que sufro de ansiedad. La sorpresa inicial que tuve poco a poco desapareció. A fin de cuentas era una persona nueva en mi vida, apenas pocas horas de convivencia en dos días.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2023 ⏰

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