~Capítulo 1

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Si moría, no sería de hipotermia.
Decidí esto cuando me metí un saco de dormir de pluma de ganso en la parte trasera de mi Jeep Wrangler y la até, junto con cinco maletines con equipo, mantas de paño y lana, bolsas con revestimiento de seda, calentadores para los pies y colchonetas. Satisfecho con que nada fuera a salir volando en el viaje de tres horas a Idlewilde, cerré el
maletero y me limpié las manos sobre mis shorts cortados.
Mi teléfono sonó con la voz de Rod Stewart cantando "If you want
my body," y me contuve de responder por un momento para que
pudiera cantar la parte de "y piensas que soy sexy" junto con Rod. Al
otro lado de la calle, la Señora Pritchard cerró la ventana de su sala de
estar con un estrépito. Honestamente. No podía dejar que un perfecto
tono se echara a perder.
—Hey, chico —dijo María chasqueando su chicle a través del
teléfono—. ¿Estamos en la fecha prevista o qué?
—Un pequeño inconveniente. El Wrangler está sin espacio —le dije con un suspiro dramático. Maria y yo habíamos sido los mejores amigos desde siempre, pero actuábamos más como hermanos. Bromear era parte de la diversión—. Tengo los sacos de dormir y el equipo dentro, pero vamos a tener que dejar atrás uno de los maletines: el azul marino con asas de color rosa.
—Tú dejas mi bolso, y puedes darle un beso de despedida a mi hermoso dinero.
—Debería haber sabido que jugarías la carta de la familia rica.
—Si lo tienes, regodéate. De todos modos, deberías culpar a todas las personas que se divorcian y contratan a mi madre. Si las personas pudieran besarse y reconciliarse, estaría sin trabajo.
—Y entonces tendrías que mudarte. En lo que a mí respecta, el divorcio es impulso. María se rió con diversión.
—Acabo de llamar a Dylan. Él no ha comenzado a empacar todavía, pero jura que va a reunirse con nosotros en Idlewilde antes de que oscurezca. —La familia de María era propietaria de Idlewilde, una cabaña pintoresca en el Parque Nacional Gran Teton, y durante la próxima semana, era lo más cercano a la civilización que conseguiríamos—. Le dije que si tenía que ahuyentar murciélagos del alero por mí misma, podía contar con unas vacaciones de primavera largas y castas —añadió Maria.
—Todavía no puedo creer que tus padres estén dejándote pasar
las vacaciones de primavera con tu novio.
—Bueno… —comenzó Maria, con vacilación.
—¡Lo sabía! Hay más en esta historia.
—Andres está viniendo como carabina.
—¿Qué?
María hizo un ruido de arcadas.
—Él vendrá a casa para las vacaciones de primavera y mi padre le está obligando a acompañarnos. No he hablado con Andrés al respecto, pero está probablemente cabreado. Odia cuando mi papá le dice qué hacer. Sobre todo ahora que está en la universidad. Va a estar de un ánimo horrible, y yo soy la que tiene que aguantarlo.
Me senté en el parachoques del jeep, mis rodillas de repentesintiéndose hechas de arena. Dolía respirar. Así de la nada, el fantasma de Andrés estaba en todas partes. Me acordé de la primera vez que nos besamos.
Durante un juego de escondidas a lo largo del lecho del río detrás de su casa,  metido su lengua en mi boca mientras los mosquitos silbaban en mis oídos.
Y gasté cinco páginas registrando el evento en mi diario hasta la
saciedad.
—Él va a estar de vuelta en la ciudad en cualquier momento — dijo Maria—. Apesta, ¿no? Quiero decir, lo has superado, ¿no?
—Bastante superado —le dije, esperando sonar indiferente.
—No quiero que esto sea incómodo, ¿sabes?
—Por favor. No he pensado en tu hermano en mucho tiempo. — Entonces espeté—: ¿Qué pasa si yo mantengo un ojo en ti y Dylan? Diles a tus padres que no necesitamos a Andrés. —La verdad era que no estaba preparado para ver a Andrés. Tal vez podría salirme del viaje. Fingir una enfermedad. Pero era mi viaje. Había trabajado duro para
esto. No iba a dejar que Andrés lo arruinara. Había arruinado
demasiadas cosas ya.
—No estarán de acuerdo —dijo Maria—. Él se encontrará con nosotros en Idlewilde esta noche.
—¿Esta noche? ¿Y su equipo? No tendrá tiempo para empacar — señalé—. Hemos estado empacando por días.
—Es Andrés de quien estamos hablando. Él es, como, medio hombre de las montaña. Espera, Dylan está en la otra línea. Te llamaré de vuelta.
Colgué y me tendí en la hierba. Inhalar, exhalar. Justo cuando por fin había seguido adelante, Andrés estaba de regreso en mi vida, arrastrándome al ring para la segunda ronda. Podría reírme por la ironía de la situación. Él siempre tenía que tener la última palabra, pensé cínicamente.
Por supuesto que él no necesitaba tiempo para prepararse; prácticamente había creciendo haciendo senderismo por Idlewilde. Su equipo probablemente estaba en su armario, listo en cualquier momento.
Rebobiné mi memoria varios meses, hasta otoño. Andrés tenía cinco semanas de su primer año en Stanford cuando me dejó. Por teléfono. En una noche en que realmente necesitaba que estuviera allí para mí.
Ni siquiera quería pensar en ello, dolía demasiado recordar cómo aquella noche había tomado lugar. Cómo había terminado.

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Alooooooo? Preciosuras este es el primer capitulouuuuu intentaré actualizar dos veces por semana asies, (quizás mas Ohhyeah) ero buenoooo, dejen sus comentarios porfa las amoo 💕

Hielo Negro [EMILIACO] *Adaptación*Where stories live. Discover now