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Rubén, como todos los días, se encontraba leyendo un poco de algunas historias de wattpad, antes de empezar a grabar un directo.

Se sentía más relajado cuando lo hacía.

Sus ojos se movían de arriba hacia abajo mientras deslizaba la pantalla con su dedo índice.

— ¿Qué haces, Rabos? — Preguntó Luzu mientras entraba a la sala con un vaso de agua.

— Oh~ Luzu no me digas así, ya no puedes decirme así. — puchereó mientras pataleaba.

— Pero ¿por qué? — arqueo a la ceja, después le dio un sorbo a su bebida y se acomodó en el sillón enfrente de Rubén.

— Samu no me llama así en ningún fanfic y tú tampoco.

— Eh... —Luzu estaba algo confundido pero aún así entendía a lo que se refería Rubén— Bueno, Ra- — no pude terminar ya que vio la cara de enojo del castaño, que lo hacía verse más tierno que molesto— Rubén, la mayoría de esos fanfics no están muy pegados a la realidad que digamos.

— y ¿Tú que sabes? Tú no lees fanfics. — cruzó los brazos y piernas.

— Oh, claro que sí. —sentenció.

— Los fanfics Luzu por Lana no cuentan. —musitó.

—No... No hablo eso —respondió mirando hacia otro, era mentira.

Y aunque a su novio, Auron, no le gustara que leyera esas cosas. A Luzu le hacía mucha gracia leer como sus fans imaginaban su relación.

— Entonces ¿cuáles? Sé que no eres de leer LuzuPlay. — Rubén estaba en lo correcto, el pelinegro aún no llegaba a ese "nivel".

—Claro que no, porque leería historias ficticias con Auron si puedo disfrutar al real.

La razón por la que Luzu no quería leer esas historias era porque se avergonzaba cuando sucedía una escena tierna o caliente, ya que sabía que su novio real no era así de cariñoso.

—Leo hztrstsrwrs... —susurró inaudible para Rubén.

— ¿Qué? —se acercó al pelinegro.

—Leo historias ztrswrs... —volvió a murmurar, Rubén seguía sin escuchar.

— No escucho, Luzu, habla más fuerte. —Habló, casi ordenó.

Luzu se sintió tan expuesto como si estuviera dando una presentación frente a varios "Rubéns" y que uno de estos "Rubéns" gritara desde al fondo —al igual que el niño castroso del salón— que hablaba muy bajo.

—¡Leo historias de Star Wars! — dijo al fin y estampó sus manos contra la mesa.

— ¿Por qué te costó tanto decir eso?

— Ah~ como sea, ¿feliz? — se quejó.

— Nop.

— ¿Qué hacen ustedes dos? — Preguntó Auron, quién parecía recién haberse levantado ya que su cabello no estaba levantado como suele mostrarse en directos, por el contrario, estaba despeinado y caído.

— Hablando de- —Luzu cubrió rápidamente la boca de Rubén.

— De videojuegos, solo eso. — sonrió Luzu con nerviosismo.

Auron los miró confundidos y luego se fue.

—¡mhnmhm! —Intentó hablar Rubén, el cual al darse cuenta de que su amigo no le hacía caso, en vez de eso observaba embobado como su novio se alejaba hacia la habitación, no tuvo más remedio que lamerle la mano.

— ¡Ah, tío! Que puto asco. — quito rápido su mano y limpio la baba en la espalda de Rubén sobre la tela.

—Tu empezaste, no se va a quedar así.  — le sacó la lengua. Luzu solo le dio un leve empujón y volvió a acomodarse en el sillón. — Oye, Luzu, muéstrame las historias que lees. — le sonrió.

— Comeme los huevos. — lo ignoró.

—Oh~ ya pues, sabes que eso solo puedo hacer con Samuel, ¿sí? Di que sí. — comenzó a tirar de la camiseta del pelinegro.

— Que pesado eres. — suspiro y abrió Wattpad mostrándole su biblioteca.

Rubén muy agusto tomó el celular acomodándose al lado y comenzó a leer los títulos de la historia hasta que encontró una que se llamaba "Karmaland en Star Wars", le pareció interesante el título y decidió darle clic.

— No cambies los capítulos. — avisó mientras observaba detenidamente todo lo que hacía Rubén, esperando que no fuera hasta donde se encontraban sus historias archivadas.

— Luzu, ¿Quién lee en modo de lectura paginación? —pregunto, lo que sonó más como una queja o regaño hacia el pelinegro, cómo si tratara de avergonzarlo.

Toda el aura de Luzu empezó a tornarse negra y un tic apareció en su ceja.

— ¡Ya deja de joder, maldita zorra! — fulmino a Rubén con la mirada y tomó su celular para dirigirse a su habitación. — Tú fuiste el que me preguntó. — fue lo último que pudo escuchar claramente, ya que todo lo demás fueron insultos casi inaudibles.

 — fue lo último que pudo escuchar claramente, ya que todo lo demás fueron insultos casi inaudibles

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𝐑𝐔𝐁𝐈𝐔𝐒 𝐍𝐎 𝐏𝐔𝐄𝐃𝐄𝐒 𝐓𝐄𝐍𝐄𝐑 𝐖𝐀𝐓𝐓𝐏𝐀𝐃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora