¹³·Una cita

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Los días que pasaron fueron eternas noches en vela donde JungKook no fue capaz de cerrar los ojos, era cierto que TaeHyung ya no era capaz de entrar en sus sueños pero las pesadillas existían antes de que él apareciera en su vida y eran esas las que lo estaban atormentando constantemente, cada vez que intentaba dormir sus sueños lo llevaban a retorcidas imágenes junto a la sensación de no poder respirar, siempre terminaba despertando de golpe buscando aire por como fuera, solía pasarle tan frecuente que finalmente desistió de dormir por esos días, siendo sus noches ocupadas en mirar el techo o soportar la constante presencia de TaeHyung a su lado, el cual se estaba mostrando relativamente pacifico aunque aquello nunca era algo de lo que el menor confiara fácilmente, quién sabe qué pasaba por la mente de aquel, no quería ni imaginarlo.

Las noches sin dormir cobraron su costo la mañana del lunes cuando en el pálido rostro de JungKook yacían un par de oscuras bolsas bajo sus grandes ojos, eran tan notables que uno creería que estaba enfermo, quizás hasta era cierto, no creía que estar sin dormir fuera algo muy sano, sin embargo no quería que ese fuera un tema más del cual la gente hablara así que por intentar disimularlo robó la base de su madre e intentó ponérselo encima con tal de ocultarlo, aunque su nulo conocimiento de maquillaje obvió el hecho de que intentaba cubrir algo, puesto que se notaba claramente las capas de crema bajo sus ojos, al notar aquello decidió optar por un plan B y se puso un polerón con capucha para ocultar aún más su rostro, hecho eso se marchó a la academia.

Al llegar tenía la cabeza gacha intentando pasar lo más inadvertido posible, sin embargo su nombre corría de boca en boca aumentando su mala fama, porque la gente tenía gran imaginación y no perdían tiempo en inventar rumores de él, algunos decían que la razón que por las que estaba allí era porque tenía bajo amenaza a su padre y le hacía gastar millones en él, otros decían que salió de un manicomio y que estaba loco, un psicópata, que hablaba con el más allá haciendo pactos con el diablo.

Aunque según JungKook lo último no estaba tan errado si consideramos que invocó a una especie de fantasma con gustos sádicos.

Había ido al lugar que le enseñó YoonGi sólo porque solía acostumbrar a verlo allí, con suerte y lo invitaría a fumar, sentía que de verdad necesitaba fumar, quizás la nicotina lo relajaría un poco. Al llegar encontró el lugar vacío pero bastó con sentir como su capucha era jalada para atrás para darse cuenta de su error.

Min YoonGi apareció un segundo después en su campo de visión con el ceño fruncido observando a JungKook, el cual al verle sonrió un poquito.

—Hola, Hyung —sin embargo el contrario no le devolvió el saludo, pasando su dedo bajo la obvia capa de base que había bajo los ojos del menor.

—¿Qué es esto? —preguntó realmente sin buscar una respuesta, pues era obvio que el pelinegro había intentado cubrir las ojeras que aún se notaban—. ¿Otra vez estuviste sin dormir? Parece que soy tu madre cada vez que te digo que debes dormir más.

El menor hizo una pequeña mueca avergonzado rascándose la nuca— Perdón, la verdad me cuesta dormir y al final sólo me resigno de ello.

—Tsk —YoonGi golpeó la frente de JungKook con la punta de su dedo provocando un pequeño sonido hueco—. Quizás deberías ir al médico para ver eso, a la larga te hará mal.

—Uh, pensaré en eso, Hyung.

JungKook le sonrió un poquito, sentándose en una de las mesas que estaban acumuladas, posteriormente YoonGi se acercó apoyando su mochila al costado abriéndola para buscar algo en ella, luego de remover las pocas cosas que traía encima sacó dos cupcakes con crema amarilla de una bolsa, los dos se veían un poco aplastados pero por lo demás estaban perfectamente.

SURREAL (taegguk)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora