Ahí estaba Barb, sentada bajo un árbol, afinando su guitarra mientras anotaba algunas notas para su nueva canción. Pasaba sus dedos con suavidad por aquellas finas cuerdas y practicaba, aunque su rostro se mostraba pensativo, fruncía su ceño a veces, aquella última nota no le salía y eso la desesperaba.
La reina del rock se caracterizaba justamente por eso, no tenía paciencia y se desesperaba cuando algo no le salía como ella planeaba. Jadeó del cansancio y soltó el instrumento de color negro en el suelo. Tomó de nuevo su libreta y leyó las notas, intentando memorizar aquella parte que le estresaba. Frotó las sienes de su rostro y soltó un suspiro. No estaba de humor como para mostrar su típica sonrisa relajada o hacer sus usuales bromas. Decidió cerrar aquella libreta y volver a concentrarse en la guitarra eléctrica.
—¡No esperaba verte por aquí, Barbie!—Una voz femenina bastante tierna y familiar se oyó frente a ella. Se sorprendió y levantó la mirada, encontrándose con la rosadita que tanto adoraba. Sonrió muy levemente, sin ánimos, y volvió a ver su guitarra.
—Solo venia a practicar, al menos hasta que anochezca.—Cerró rápidamente su libreta, era muy cerrada en cuanto a sus canciones.
Poppy, sin pedir permiso, se sentó a su lado y la miró, apoyando sus brazos en sus rodillas.
—¿Te molesta si me quedo? Tengo unos minutos libres hasta mi próxima tarea.—Sonrió y miró a su amiga rockera.—¿Qué es eso?—Señaló la libreta de color bordo.
—Solo son anotaciones, nada importante.—Colocó aquel cuaderno en el suelo, del lado que ella no pudiera agarrarlos.
—¿Puedo ver?—La de cabellos rosados insistió.— ¡Porfis, porfis, porfis!
—¿Qué? ¡Claro que no! Son cosas bastante privadas.—Negó rápidamente la de maquillaje oscuro.
La reina del pop mostró una de sus típicas caras tiernas y tristes, esas que mostraba cuando quería manipular a alguien para obtener algo, siempre causaban efecto y siempre terminaba ganando. Barb desvió la mirada, intentando no caer en sus encantos, pero aquel rostro siempre la vencía y le derretía el corazón. Le dió el cuaderno de mala gana, abrazando sus piernas y bufando.
—Está bien, ahí tienes.
Poppy sonrió victoriosa y comenzó a ver página por página, habían anotaciones, líneas tachadas con bolígrafos y canciones de ella las cuales la rosada tarareaba mentalmente. La de color granate la miraba de reojo a veces, mirando como veia cada detalle con atencion.
La troll del pop llegó a la última página, la canción que estaba practicando la reina del rock. La leyó con atención y tomó la guitarra de color negro. Barb iba a negarse, pero ella la ignoró. ¿Qué era lo que iba a hacer? La rockera no dejaba que nadie tocara su precioso y amado instrumento.
Suavemente, los dedos rosados pasaron con lentitud por las cuerdas. Tocaba cada nota de forma lenta, pero correcta. Sus ojos no dejaban de pasar de la página al instrumento. La de cabellos rojizos se quedó boquiabierta cuando su mejor amiga llegó a la nota tan odiada y la hizo a la perfección.
—¿¡Cómo lo hiciste?! ¡¿Desde cuándo sabes tocar una guitarra eléctrica?!—Aún sorprendida, la tomó por los hombros con sus ojos bien abiertos. La troll de color rosa solo solto una risita y soltó la guitarra con la libreta.
—Mi mejor amigo sabe tocar una guitarra eléctrica, ¿Crees que no fui emocionada a pedirle que me enseñara lo básico al menos?—Volvió a reír, mirándola.
—Tocas la guitarra mejor que la mismísima reina del rock, gracias por presumir.—Fingió molestia y volvió a reír.—¡Esa! ¡Esa maldita nota está poseída por todo el mismísimo mal del mundo!—Señaló la nota final de la canción que tanto le costaba y frunció su ceño, lo que hizo que a poppy le causara bastante ternura.
—¿Qué clase de rockera es la reina del rock si se rinde y deja que una nota tan pequeña la asuste?—Dándole animos, tomó la guitarra y se la puso entre sus manos.—Inéntalo una vez más, no te dejes rendir tan fácilmente.—Le sonrió su mejor amiga, brindándole confianza a ella misma.
La granate miró su guitarra y soltó un suspiro. Sus dedos se posicionaron donde debían estar y tocó esa nota, aunque se desesperó aún más al escuchar que no le había salido bien.
—Bien, intenta esto.—Sin permiso alguno, tomó las manos de la rockera y acomodó sus dedos en la guitarra, lo que hizo que Barb comenzara a ponerse nerviosa al sentir aquel tacto de su tan suave piel rosada y su respiración chocar con su mejilla.
Al finalizar de acomodarla, alzó su pulgar indicando que lo intentara de nuevo. La de cabellos rojos y cortos cerró sus ojos y dejó sus dedos fluir y moverse en su guitarra. Se sorprendió bastante al escuchar que la nota había salido perfecta, justo como ella quería. Miró a Poppy con una sonrisa que mostraba emoción y alegría pura, como una niña pequeña en navidad.
Comenzó a tocar aquella melodía desde el principio, la reina de pop solo se quedó escuchándola. Barb agradecía no escribir los títulos de las canciones en los papeles, pues lo que la rosada no sabía era que esa melodía estaba siendo escrita para ella.
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*ૢ✧ ཻུ۪۪⸙͎AMORTÓMETRO [ Poppy × Barb ]
Romance¿ qué pasaría si esta reina decidiera enamorarse de otra reina ?